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Su majestad, el Jazz

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MAESTRA SILVIA CASTRO ZAVALA

La primera noticia aparece en mayo de 1922, cuando la directiva del Casino de La Laguna contrató en la capital de nuestro país una banda norteamericana de jazz para amenizar un baile. La nota asegura que sería la primera vez que esta música se oiría en nuestra región. Hasta ese momento lo único que los laguneros conocían con certeza del género era su éxito. De ello da fe la nota misma. Para el reportero, el jazz es tan exótico que asegura tiene su origen en Hawaii, toma carta de ciudadanía en los Estados Unidos y desde allí pasa a Europa, en cuyos cabarets "S(u) M(ajestad) el Jazz impera." El texto describe a: "esta clase de música, que tiene alegres notas que pueden simular los salvajes gritos de los habitantes de Honolulú mezclados con plañideros lamentos de aquella raza oprimida, pero que en su conjunto es una desacorde armonía que incita a la danza e impulsa al regocijo."

La directiva del Casino se anotó otro éxito ya que la reseña de dicho evento salió en la primera plana de este diario. El redactor hace un detallado recuento del arreglo del salón y el colorido del vestuario de las asistentes, pero lo verdaderamente interesante es la descripción de la música y de quienes la interpretaban. Sus comentarios una vez más nos permiten presumir la poca familiaridad que se tenía con este género musical. "La original orquesta principió a tocar dando al aire sus estrepitosos acordes de una alegría ruda, bullente y un tanto primitiva, pero endiabladamente alegre, las notas aquellas, jocundas, y bullangueras eran una insinuante invitación al baile y al regocijo (…) llamando poderosamente la atención los ejecutantes que entre funambulescas contorciones (sic) y cómicas gracejadas hacían producir a sus instrumentos armonías y melodías ora quejumbrosas y plañideras, ora estentóreas y estridentes."

El éxito de aquella novedosa música llevó a los directivos del Casino a aprovechar el paso por la ciudad de otras bandas de jazz para organizar tertulias, como se hizo con el Jazz Band Montecarlo en agosto de ese año. Un admirado reportero hizo la reseña: "su incoerente (sic) estridencia (que) contagiaba alegría a quienes se dedicaban al placer del baile, pues esta clase de música, que dista mucho de ser adecuada para tener a su cargo un concierto, es insubstituible en un baile moderno." El furor por la nueva música era tal que se contrataron tranvías para traer a los asistentes de Gómez Palacio y Lerdo. En alguna crónica dominical bromean del desconocimiento que había sobre la forma de bailar aquella música moderna: ". . . pues si entre las muchachas son pocas las que dominan los bailes modernos, entre los jóvenes pueden contarse con los dedos aquellos que medianamente los entienden."

Para los festejos de septiembre, la orquesta del Casino se constituyó como Jazz Band, había que celebrar tanto la Independencia como la llegada de las aguas del Nazas a nuestra región. Lo mismo que ocurrió para la fiesta de Navidad de ese año. Si bien para las tertulias se aceptan las bandas de jazz, el restaurant del casino mantuvo una orquesta que se comprometa a tocar música "netamente nacional"

Lo cierto es que el jazz se estaba colando en los modos sociales. En la contestación de una lectora a un concurso llamado: "¿Por qué no se casa Ud.?", dirigida al director de El Siglo, podemos descubrir los cambios en el comportamiento del género femenino: "Hay muchos que buscan señoritas que fumen, porque es la moda, que usen melenita, y que sepan foxtrotear al compás de un jazz band; y que les guste el shimye (el shimmy era un estilo de baile, anterior al charleston, en el que se sacudía todo el cuerpo), y que salgan en auto a todas horas de la noche . . ."

Ciertamente, el jazz que se debe haber escuchado en aquella época no es el mismo que se escucha hoy en día. La década de los 20's fue fundamental en el desarrollo de este género musical. Hay que recordar que "antes de Louis Armstrong (1900-1971), el jazz era principalmente una música de ensamble, con improvisación como asunto de embellecimiento y bordado más que como las corrientes de melodías espontáneas que lo caracterizan después." Las innovaciones introducidas por Armstrong no se harían evidentes sino hasta 1927.

Este género debe haber gozado de amplia popularidad ya que serán bandas de jazz las que amenizarían tanto la Romería de Covadonga, como las corridas de toros, las tertulias y las audiciones sabatinas que El Siglo organizaba en el centro comercial de la ciudad.

En 1927 iniciaron estas audiciones que resultaron ser un magnífico escaparate para las bandas de jazz. Tenían lugar los sábados por la tarde y tenían como objetivo el apoyo al comercio local. Se presentaba a un conjunto musical que tocaba desde la terraza del hotel Salvador para quienes paseaban por la Hidalgo. El éxito llegó a ser tal, que en ocasiones las bandas eran tres y tocaban desde las terrazas del Salvador, del salón Novedades y del hotel Iberia. Debe haber sido una fiesta andar de compras.

El 2 de julio de 1927, El Siglo incluyó en su edición el programa musical de la audición sabatina, lo que nos permite vislumbrar la música tan variada que pudieron disfrutar los asistentes. Esa noche se escucharon los foxes: Sunday, Marinero y Coralito Yucateco; los tangos: Calla corazón, Negro y Volverás; el paso doble: Oreja de oro; la jota: La Huertanica; el vals: En una villa de España y música mexicana: Allá en el Rancho Grande. Había música para todos los gustos.

Sin embargo, no todo el mundo aprobaba aquella clase de música. "Debe ponerse coto a la música decadente, que tan perniciosos efectos produce en la juventud" ordenó en abril de 1925 el Dr. Puig y Casaurac, secretario de Educación en nuestro país, y demandó a los maestros iniciar una enérgica campaña contra el jazz a la que consideraba música degenerada. Esta no sería la primera vez en que la persecución a alguna moda no hace más que aumentar su popularidad.

Al parecer, las primeras bandas de jazz laguneras, las formaron las orquestas que acompañaban la proyección de las películas, entonces mudas, por lo que se pueden encontrar anuncios de la Princesa Jazz Band hacia 1925. Estos anuncios afirman que la orquesta está constituida por 12 profesores; no obstante es posible que estas orquestas cambiaran de género musical según lo solicitaran sus clientes. En noviembre de 1924, en una tertulia que tuvo lugar en el Casino de La Laguna se estrenó el fox-trot Torreón Blues de la autoría de Francisco Dovalí, con tan buena acogida que unos meses más tarde la Imprenta del Nazas ofrecía al público la partitura de la misma.

Con la popularidad del jazz nació la Laguna Jazz Band que tenía como director a Leopoldo M. Reyes. Parece haber sido la banda más popular debido a que sus anuncios son constantes, aunque su relación con El Siglo podría influir en esa percepción; debido a que en mayo de 1922, Reyes había compuesto un bello fox-trot al cual le dio el nombre del diario y lo dedicó al personal de redacción y de talleres del rotativo.

La Laguna Jazz Band estuvo formada por: Juan Pacheco y Esteban Romero tocaban el saxofón; Francisco Ruvalcaba, el banjo; Carlos López, la trompeta: Rafael Pacheco y Nacho Aguayo, los violines y Roberto Díaz, Elfego Solís y Arnulfo Alvarado, la batería en distintos momentos; al piano, su director Leopoldo "Polo" Reyes. Éste fue además un inspirado compositor, el vals Ofelia es de su inspiración. Entre las piezas más solicitadas al grupo estuvieron los foxes y los blues, tales como Sonrisas y Bailando con lágrimas en los ojos.

La creciente éxito del jazz, motivó el nacimiento de nuevas bandas como la Victor Jazz Orchestra dirigida por Refugio E. Aguilar y organizada por la Agencia Víctor de la ciudad. El ya conocido maestro Prócoro Castañeda formó la Wagner Jazz Band. Hubo una banda en Monterrey que llevaba el mismo nombre. Los integrantes de este conjunto fueron Pedro Díaz Castro tocaba el piano; J. Nieves Figueroa, el banjo; José Sifuentes, el saxofón alto y el clarinete; Emeterio "Telo" García, el trombón; Arturo Ochoa, la batería y el maestro Castañeda, el violín.

Surgieron otras bandas como la Acordeón Jazzer's, la Orchestra Jazz Laguneros o Jazz Band Laguneros, de Gómez Palacio, dirigida por el profesor Enrique Unzueta, entre cuyos integrantes estuvieron Francisco Sáenz y el pianista Refugio Mesta quien con el tiempo tendría su propia orquesta.

Uno de los músicos más conocidos de la época fue Henry de la Croix, natural de Belice y que llegó a La Laguna en 1924. Comenzó a trabajar como pianista en el cine Princesa y aunque la mayor parte de su carrera musical lo dedicó a tocar como solista o acompañando a grandes figuras que nos visitaban como Lupita Palomera o el Dr. Alfonso Ortiz Tirado, también llegó a dirigir a un grupo llamado Los Tigres del Jazz.

Un pequeño libro llamado: Notas dulces y amargas de una partitura sin fin, reúne testimonios de músicos populares de la Comarca Lagunera. Uno de los testigos, residente de Ojuela, Dgo., aseguró: "Se vino el jazz, charlestón y la música moderna, en 1926 se organizó el grupo Jazz Band de Ojuela, compuesto por los integrantes de la primera generación de la Banda Georgina."

Todos estos músicos eventualmente emigraron a otros géneros musicales cuando cambiaron los tiempos, y así los encontraremos un poco más tarde tocando swing o boogie-woogie. Por lo tanto, no nos puede sorprender el gusto lagunero por el jazz.

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