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SIGLOS DE HISTORIA

Santa Isabel, al fondo el caserío de la hacienda y el cerrito de la Cruz. Escenarios del épico evento. c.a.1990.

Santa Isabel, al fondo el caserío de la hacienda y el cerrito de la Cruz. Escenarios del épico evento. c.a.1990.

Gildardo Contreras Palacios, miembro del Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas

A 150 años de aquel memorable acontecimiento

Primera parte

Breve antecedente. A 150 años de aquella memorable batalla de Santa Isabel del 1 de marzo de 1866, es un hecho histórico que ha sido tratado por diversos investigadores de todos los tiempos posteriores a su realización. Por ello, resultan conocidos el desarrollo de la misma, los movimientos seguidos por los bandos contendientes y los resultados generales obtenidos.

Sin embargo hemos deseado ahondar un poco más sobre el tema, con el fin conocer algunos otros datos referentes a los hechos anteriores y posteriores a la citada batalla, como son la estadía de las fuerzas expedicionarias francesas en suelo parrense, el retiro de las tropas contendientes, el levantamiento del campo de la guerra, los principales jefes que acudieron, lista de heridos, lista de prisioneros franceses, la situación política en Parras después de la batalla y en general algunas otros datos que pudiesen resultar de interés para las personas que gustan de este tipo de hechos.

A fines del Siglo XIX, se suscitó una polémica entre los generales Andrés S. Viesca y Jerónimo Treviño, principales jefes del ejército republicano que intervinieron en la batalla, con el fin de dilucidar quien había sido el jefe supremo de la acción de Santa Isabel; sus alegatos y puntos de vista se publicaron en los periódicos de aquella época (1897), El Espectador, diario de Monterrey y La Gaceta de Parras, semanario de esa ciudad. Se publicaron los más diversos artículos basados en la correspondencia personal de los jefes participantes, declaraciones de otros jefes y de personas que intervinieron en dicha acción de guerra, amén de otras pruebas que las partes en conflicto consideraron adecuados en sus alegatos.

De dicha discusión obtuvimos un resumen de los principales puntos que se deben considerar de aquella memorable batalla de Santa Isabel:

1.-El Jefe Supremo de las fuerzas republicanas fue el general Andrés S. Viesca. Los entonces coroneles Jerónimo Treviño y Francisco Naranjo, fungieron como subalternos. 2.- La acción de armas llevada a cabo en Parras el 12 de febrero de 1866 por el general Viesca, fue la preparación para la batalla de Santa Isabel. 3.- Como jefe de los entonces coroneles Treviño y Naranjo, el general Viesca consiguió el ascenso de ellos ante el gobierno republicano, por su valiente comportamiento en la acción de armas de Santa Isabel. 4.- El perdón de los prisioneros se debió a una contraorden del general Viesca como único jefe de las operaciones, ya que Treviño había ordenado su fusilamiento. 5.- El general Viesca, fue el héroe supremo de la batalla del 1 de marzo de 1866. El coronel Treviño ocurrió a ella por el llamado de Viesca y si aquél reclamaba la gloria de esa fecha, igual derecho tendría el coronel Francisco Naranjo, quien resultó herido en la acción.

De aquel importante acontecimiento, incluyo el relato de un subteniente franceses que sobrevivió a la acción; he aquí el testimonio de Ernest Moutiez:

"... el destacamento francés quedó aniquilado y todos los sobrevivientes -yo entre ellos- preso. ... A veces en el cuerpo expedicionario soplaba un viento de bravura loca, quizás soplaba para él en esos últimos días de febrero, en esa terrible primera noche de marzo... Hacía frío... Nos empujaba hacia lo desconocido una fuerza tan invisible como el viento en la noche fría... A paso ligero llegamos en tres horas a la primera vanguardia del enemigo, quien se retiró a la primera descarga y poco después nos topamos con el grueso de sus fuerzas, parapetadas en un peñón de unos sesenta metros de altura, arriba de la hacienda de mampostería con terraza… Éramos 185 legionarios, contando con ocho oficiales y 400 mexicanos, contra dos mil hombres. Recuerdo el viento ligero, ligero, y el olor que llevaba consigo, un olor a cuarto sin ventilación o a fogata, y de repente se me ocurrió que ese olor era el de la muerte, o que el olor de la muerte debía ser algo semejante... La noche ya era más clara, un perro aulló, otro le respondió y varios más. Cuando el capitán Moulier mencionó la posibilidad de retirarnos, Brian montó en cólera. Dicen que había tomado bastante... Dio la orden, gritó ¡La France!, grito que repetimos todos con entusiasmo... Corrimos, corrimos bajo una lluvia de balas, detrás de nuestro comandante, que había dejado el caballo y desenvainado su espada. Nos disparaban por delante, por atrás, por los lados, desde la hacienda y desde el cerro. Tres veces intentamos con esfuerzos sobrehumanos tomar la posición, tres veces fuimos rechazados con pérdidas crecientes. Los auxiliares mexicanos ¿que podían hacer sin parque y sin práctica? Nos abandonaron al inicio de la carga, menos el jefe Campos (Máximo) prefecto de Parras, quien atacó una vez con 50 hombres. Logró escapar en su buen caballo y no hay nada que reprocharle... Ahí cayó herido el comandante y muerto a su lado el teniente Roiyaux… El sable se le cayó de la mano, luego Brian se derrumbó y no volví a ver ni su cadáver…. Todos nuestros esfuerzos, 150 contra 2000, fracasaron; entre los liberales bien protegidos, unos cien tenían el famoso rifle yanqui de ocho tiros, ¡una maravilla!... el teniente Schmidt, cayó en la bajada, acribillado. El capitán Cazés tambien. El capitán Moulinier, al brincar una barranca recibió quince disparos… Quedamos Ravix y yo… Mataron a Ravix. Armé mi pistola para acabar pronto y no ser masacrado, hice una breve oración y de repente me acordé de mis padres. Entonces me levanté, prefiriendo sufrir y sobrevivir por ellos. En ese instante se presentó un oficial enemigo que me pidió cortésmente mis armas. Sobrevivimos 82, 37 de los cuales heridos... Habían muerto 97 soldados y seis oficiales... Entre las filas liberales había un francés, un tal Albert, no sé si era su nombre o su apellido, un desertor del 62° de Línea. Brian había sido capitán de su regimiento, de 1861 a 1864. Dicen que Albert mutiló su cadáver. Sé que remató a nuestro médico, el buen Rustegho, herido, recogido por los mexicanos, en su ambulancia. Espero que el diablo se haya llevado a Albert. Los liberales, ellos, se portaron bien, nos trataron como se trata a presos de guerra y no me quejaré nunca de ellos.... " (Fragmentos de la memoria de Ernest Moutiez, subteniente del regimiento extranjero y participante en la batalla de Santa Isabel en J.Meyer... p.p. 81-84. Yo el Francés. "Muerte en Santa Isabel".).

Los principales jefes republicanos que participaron en la batalla de acuerdo al parte de Guerra del general Viesca, fueron: el mismo General Andrés S. Viesca, Coronel Jerónimo Treviño, Coronel Francisco Naranjo, Coronel Victoriano Cepeda, Coronel Francisco González León, Coronel Salvador Fernández de la Cavada, Coronel Agustín Ayala, Teniente Coronel Ildefonso Fuentes, Teniente Coronel Emiliano Laing, Teniente Coronel Pedro Gómez, Teniente Coronel Ruperto Martínez, Teniente Coronel Joaquín Garza Leal, Teniente Coronel Antonio Pérez Zermeño, Teniente Cayetano Guevara, Capitán Baltasar de Hoyos y Comandante Benito Goríbar.

Las pérdidas sufridas por los republicanos fueron mínimas en comparación con las fuerzas del Imperio. Todo se redujo a 10 muertos, 5 oficiales y 5 soldados; 22 heridos, 7 oficiales y 15 soldados, hubo un disperso. Entre los jefes y oficiales republicanos muertos, estuvieron: Teniente Cayetano Guevara; Alférez Pablo Ancira, herido y a los dos días muerto; Alférez Anastasio Maldonado y Alférez Fernando Macías. Y entre los heridos figuraron: Coronel Francisco Naranjo, Mayor de Órdenes de la 2ª Brigada, Antonio Pérez Villarreal y Capitán Antonio Magnón.

Las bajas de las fuerzas del 2º. Batallón del Regimiento Extranjero y fuerzas Imperialistas mexicanas fueron de 116 muertos, 103 franceses y 13 mexicanos. Total 116 muertos. Se hicieron prisioneros a un total de 146 individuos, 82 franceses y 65 mexicanos, algunos de ellos en condición de heridos. Entre los muertos de los franceses se encontraron el comandante Brian, los tenientes Roiyaux, Ravix y Schmidt, capitanes Moulinier y Cazes, sargento Roche y el tambor Mitre, amén del doctor de la columna francesa, Rustegho. Los prisioneros fueron: un subteniente, nueve sargentos, doce cabos y sesenta soldados. Aquí la lista: Subteniente Moutiez, Sargentos: Garelle, herido, Acomela, Crala, Conston, Ceconi, herido, Desbardes, Echmann, Pulois, Stenck. Cabos: Bousquet, herido, Connel, herido, Geroupert, Glame, Holins, herido, Manange, Marval, Mathas, herido, Perault, Raulx, Wolf, herido, Wensolbuck, herido. Brigadier Graverieux. Soldados heridos: Antonio, Balt, Cabout, Chauman, Heilfreich, Jdatt, Mullerr A., Menthe, Obnecht, Parture, y Pella. Soldados sin heridas: Albert, Aoss, Becker, Bebacker, Balki, Clad, Creau, De George, Delimege, Deuder, Enning, Eschant, Geringer, Heina, Hensein, Heffneich, Korber, Keber, Kafsemberg, Muller, Muller F., Mentha, Manzt, Marz, Marchant, Mainzt, Menges, Mies, Menuos, Mundispacher, Pace, Pauly, Paltrinieri, Reys, Rubber, Rimoldi, Sonferce, Stock, Slambak, Smilk Charles, Schapel, Vorfeld, Vogtt, Wiltmaye, Zunnier y Zulig (faltan el nombres de uno). Los apellidos, pudiesen haber tenido alguna alteración en cuanto a la escritura de los mismos, por cuestiones propias del idioma y de traducción.

El Material de guerra perteneciente a las fuerzas imperialistas que se recogió del campo de la guerra, consistió en 1 pieza de artillería calibre 12, 1 guión, 66 carabinas de marrazo, 14 rifles, 91 fusiles, 92 bayonetas, 87 cartucheras, 10 espadas, 10 pistolas revólver, 15 lanzas, 2 marrazos, 9 monturas, 9 albardones, 3 cajas de guerra, 1 bastón de banda, 1 carro, 17 acémilas y 27 caballos. Seguimos con más…

Fuentes: .- Gildardo Contreras Palacios. Parras y la Laguna. Santa Isabel. Editorial del Norte Mexicano. 1990. - Jean Meyer. Yo el Francés. Tusquets Editores Méxco. Marzo de 2002.

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Lado sur de la construcción, que recibió de frente los embates del ejército francés. c.a.1990.
Lado sur de la construcción, que recibió de frente los embates del ejército francés. c.a.1990.

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