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SIGLOS DE HISTORIA

Domicilio de Máximo Campos Navarro en Madero y Cazadores de Parras.

Domicilio de Máximo Campos Navarro en Madero y Cazadores de Parras.

GILDARDO CONTRERAS PALACIOS

Tercera parte

Para: Prof. Roberto Treviño Rodríguez. In Memoriam

Asedio sobre Parras. Los mexicanos imperialistas sobrevivientes en Santa Isabel, huyeron en retirada hacia Parras, cuando apenas se había iniciado el enfrentamiento, allí había quedado una partida de franceses con cerca de 200 milicianos, bajo el mando del teniente Bastidon, quien se preparó en lo que pudo para recibir la embestida total de la fuerza republicana. Sin embargo, sus temores no se hicieron efectivos y sólo la caballería de La Laguna, bajo el mando del coronel Jesús González Herrera, que no había participado en la acción de guerra de Santa Isabel, se encontraba "fresca", por lo que ese día 1 de marzo de 1866 y en los tres días subsecuentes, se dedicaron a hostilizar a los imperialistas franceses y mexicanos que habían quedado en Parras, sin mayores resultados a su favor.

Sobre las acciones llevadas a cabo en Parras, por los bandos contendientes, en ese día 1 de marzo y lo siguientes tres, tenemos algunas noticias del teniente Bastidon en sus memorias, con el siguiente relato:

"A la media noche, cuando el comandante Brian salió dirigiéndose hacia la hacienda de Abajo que llaman de San Lorenzo, ocupé yo inmediatamente las fortificaciones alrededor de la plaza. A la mañana siguiente, y de repente, jinetes de la guardia rural mexicana que acompañaban a la columna de Brian atravesaron a rienda suelta la aglomeración gritándome: ¡Todo está perdido! ¡Todos los franceses murieron, sálvense. El enemigo tiene 2000 plazas y está a dos leguas de aquí!"

"Creyendo que se trataba de prófugos a quienes el miedo dictaba estas palabras hice cancelar a unos cuantos pero al cabo de unos instantes, otros jinetes llegaron lanzándome las mismas palabras que los primeros. Hasta las 7 pasaron jinetes que huían y a esa hora como no tenía yo noticias del comandante de Brian, me convencí de que la columna nuestra había sido, si no aniquilada, por lo menos rechazada con enormes bajas y en completa derrota. Ya se avistaban grupos de caballería en el llano."

"Se sabía que el adversario se dirigía hacia Parras en dos columnas: la primera la que había atacado el comandante Brian, llegando por el camino de Monclova, frente, de más o menos 1500 plazas entre caballería e infantería; el segundo frente de 350 infantes procedentes del lado de la hacienda de Abajo. Al medio día estaba yo completamente cercado."

El teniente Bastidon, según su relato, se atrincheró en la iglesia, hizo ocupar la terraza con 50 legionarios, dejando 20 adentro, e instaló un "obusero" sobre el techo a pesar de no tener ningún parque para utilizarlo. A su lado colocó un fusil de "fortificación" con municiones apropiadas. Recibió una primera intimación por parte del coronel González Herrera, para rendirse y se le ofrecieron todas las garantías otorgadas a los prisioneros; Bastidon se negó a aceptar la propuesta y cerca del mediodía se inició el fuego entre los bandos contendientes, para terminar cerca de las tres de la tarde, cuando otro mensajero le entregó al oficial francés, otra misiva firmada por González Herrera.

Continuó diciendo Batidon: "Contesté al parlamentario lo que había yo contestado primero, es decir, que si su general nos quería como prisioneros, tenía que venir a capturarnos. Al rato llegó un tercer parlamentario, se acercó y cuando estuvo al alcance de mi voz lo invité a retirarse y a decir a su general que si me mandaba un nuevo parlamentario, me vería yo en la obligación de disparar contra él. Un tiroteo relativamente intenso siguió durante tres días y el 4 de marzo no quedaban alrededor de la plaza más que tiradores aislados...". Hasta aquí las palabras de Bastidón.

Por la cercanía de Parras, de la columna francesa del comandante Saussier, las tropas de González Herrera habían empezado la retirada hacia la Laguna desde el día 3 de marzo y habían dejado solamente en las goteras de la ciudad alguna avanzada de caballería. Bastidon ignoraba la marcha de Saussier hacia Parras, por lo que se atrincheró fuertemente en una casa donde estuvo expuesto a los ataques de los republicanos. Sin embargo finalmente éstos se retiraron con bajas de "diez muertos y treinta heridos" en tanto que la plaza de Parras siguió en poder de los franceses y el coronel Máximo Campos regresó a ejercer la Prefectura de Parras.

En los meses subsecuentes Parras permaneció en poder de los franceses. El 20 de marzo siguiente, M. Campos, jefe político de Parras, pidió al señor cura de Parras, Leónides D. Alvarado, que se celebrase una "misa especial para jefes y oficiales, de la Columna Francesa", la cual se realizaría a las 8 de la mañana de los domingos y días festivos, "tal y como lo había hecho antes el señor cura Fischer". Todavía el 6 de junio de ese año, Campos envió al señor cura un comunicado recibido de la Prefectura Política Superior del Departamento, para su conocimiento y archivo, sin saber el contenido del mismo.

En los meses posteriores a la acción de guerra de Santa Isabel, aún se dieron algunos fallecimientos de individuos que resultaron heridos en dicha contienda y que pertenecieron al ejército imperialista de Parras. Tal es el caso de Guadalupe Hernández, soldado, murió el 1 de marzo, pero se enterró el día 3; Juan Frausto de 38 años, muerto el 8 de marzo; Mauricio Mancha Suárez de 30 años, el 22 de marzo; y Nazario Gómez, de 24 años, el 14 de junio. El 23 de junio, se inhumó en Parras al joven Rosalío Rodríguez, de 15 años, cuyos restos se encontraron fuera del sepulcro en el rancho se Santa Isabel.

Los franceses dejaron la población de Parras en el mes de mayo de 1866, cuando las fuerzas del Imperio del Norte se empezaron a concentrar en Durango, Saltillo y Monterrey, preparando la futura retirada de su objetivo inicial de dominio y de conquista en nuestra patria. Parras, en tanto permanecía bajo la jefatura de Máximo Campos. La noche del día 23 de junio de 1866, el aún coronel Jesús González Herrera, al mando de los llamados "Rancheros de la Laguna", atacaron la población de Parras, con el fin de capturar a M. Campos, sin embargo este logró evadir a sus perseguidores y salió huyendo de la población en compañía de ocho de sus más allegados colaboradores, sin embargo en la refriega hubo un total de cinco muertos de los seguidores de Campos, cuyos cuerpos se levantaron de las calles de la población. M. Campos logró escapar de su domicilio, por la parte posterior del mismo, en la confluencia de la calle Real (R. Arizpe) y Cazadores. En su retirada la gente de González Herrera, dio muerte a José Vicente (a) el clarín. Después de ello, Campos se unió al ejército francés que estaba acantonado en el Saltillo al mando del general Douay, y allí permaneció hasta agosto de ese año, cuando las tropas francesas marcharon al centro del Pais. En el tiempo que Campos estuvo en el Saltillo, hubo de su parte un oficio dirigido al general Andrés S. Viesca, en el cual y en conjunto con el también imperialista y antiguo vidaurrista Julián Quiroga, le solicitaban que fuesen admitidos en las fuerzas republicanas, sin embargo aquella intención, solo quedó en eso, por las condiciones que Viesca les ponía a los solicitantes. Posteriormente Campos de unió a la escolta de Maximiliano, y participó en el sitio de Querétaro; allí fue capturado el 15 de mayo de 1867, y aun, estando herido fue separado del resto de los prisioneros e inmediatamente se le fusiló en algún lugar cercano a la plaza principal de Querétaro. Sus bienes consistentes en su casa habitación y bodegas (fábrica de vinos), avaluados en 12,700 pesos, con sus enseres y utensilios fueron confiscadas por el gobierno republicano; se ubicaban en la antigua calle de Guanajuato (Madero) y Cazadores. Su esposa, doña Filomena Peña Rumayor de Campos, quien era hija del antiguo mayordomo de la Industrial de Parras don Francisco Bernardino de la Peña, le sobrevivió hasta el 30 de enero de 1901, fecha de su muerte. Se enterró en el panteón de San Antonio.

En esa época tan convulsionada en Parras, el coronel Jesús González Herrera, comandaba un grupo armado, conformado por individuos originarios principalmente de la región de la Laguna; grupo éste que constantemente asediaba a la población de Parras, y sus visitas causaban gran inquietud entre la población, dadas las tropelías que se cometían en su contra y por lo general siempre se dejaba constancia de ello, con el asesinato de alguna persona o personas con las que llegaban a tener algún altercado. Dicho grupo era conocido en Parras como los Rancheros de la Laguna. Es probable que González Herrera, aprovechara estas visitas para ver a su familia, o viceversa ya que su madre y hermanas allá radicaban desde que él rondaba los 10 años de edad, ya que con la venta de la hacienda de Hornos por parte de la familia de su madre y por el abandono que sufrieron desde siempre por parte de su padre, tuvieron que emigrar desde muy corta edad hacia Parras, y Jesús tuvo que trabajar como dependiente de mostrador en la Industrial de Parras, cuando la factoría era de los Sánchez Navarro. Allá murieron su madre, sus hermanas, y posteriormente su viuda y su padre, quienes también vivieron en Parras y sus restos descansan en el panteón de San Antonio. Todavía en el año de 1873, tuvo un altercado con Evaristo Madero, su antiguo refaccionador en la siembra de sus propiedades en la Laguna, y el ya general González Herrera atacó la hacienda del Rosario, y quemó una imprenta de Parras que supuestamente había hecho algunas publicaciones que en nada le favorecía por su carácter prepotente y violento. Concluimos en el siguiente…

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www.parrasylalaguna.com

Fuentes: .- Gildardo Contreras Palacios. Parras y la Laguna. Enorme. Torreón. 1990./ Matamoros de la Laguna. Notas sobre su Origen y Fundacion. Tomo XVI. Colección Centenario. Torreón.2004./Mas de 100 breves documentos del Archivo María y Matheo de Parras. Enorme. Torreón. 1997.

.- Álvaro Canales Santos. Una Batalla Polémica. Revista del Colegio Coahuilense de Investigaciones Históricas. Saltillo.

.- Lucas Martínez Sánchez. Coahuila durante la Intervención Francesa. 862-1867. Gob. del Estado de Coahuila. Saltillo. 2008.

No. 72. 1998.

.- Archivo María y Matheo de Parras. Libros de Entierros. Fechas señaladas.

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Domicilio de Jesús González Herrera en Viesca. c.a. 1990.
Domicilio de Jesús González Herrera en Viesca. c.a. 1990.

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