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SIGLOS DE HISTORIA

Lerdo, su origen. 122 Aniversario como Ciudad (Cuarta y última parte)

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JOSÉ JESÚS VARGAS GARZA (CRONISTA OFICIAL DE LERDO)

Y todavía más, fue el duro golpe a su territorio municipal en el año de 1905, desincorporando parte de su municipio para conformar la Municipalidad de Gómez Palacio, con lo cual se agudizó su ritmo de crecimiento. Esto acabó de aniquilar a Ciudad Lerdo, pues entonces hubo una abrumadora emigración hacía Torreón de vecinos, comerciantes y hombres de empresa radicados en la Villa. Fue esta la razón del desmerecimiento poblacional y económico, que tuvo la nueva Ciudad de Lerdo a consecuencia de la división geográfica, al segregarse la mitad del terreno de la municipalidad, por la cual al comparar las cifras estadísticas entre 1900 y 1910, se aprecia que la población de la municipalidad de Lerdo disminuyó de modo considerable y por consiguiente su cabecera se convirtió en una Ciudad provinciana y con poca actividad en el sector agrícola.

El otro hecho fue el movimiento armado que tuvo lugar el 20 de noviembre de 1910, aumentando más la ruina de Lerdo, en el que los grupos sociales se organizaron ante las inconformidades con el estado de cosas que vivía nuestra nación, llegándose a protagonizar el primer brote revolucionario suscitado el 21 de ese 1910 y su prolongación de la lucha civil. Con lo cual la Ciudad de Lerdo estuvo en diferentes ocasiones tomada por los distintos bandos que fueron protagonistas en estos acontecimientos, con lo cual la mayor parte de sus habitantes tuvieron que buscar refugio en lugares más tranquilos para vivir, ostentándose Lerdo un pueblo abandonado y desolado por las familias.

Después de los obstáculos y los problemas que se ocasionaron con la desincorporación de tierras para la formación en 1905 del municipio del vecino Gómez Palacio, y uniéndose a esto la Revolución Mexicana, elementos que de alguna manera influyeron para retrasar el progreso de esta tierra que regionalmente es conocida como Vergel Lagunero. Época en que los habitantes de Lerdo lamentaron los embates de la pobreza, falta de alimentos y fuentes de trabajo. A pesar de lo anterior, los habitantes de la conocida Ciudad Jardín, continuaron con ese tesón que los ha caracterizado, reanudándose las actividades cotidianas, debido a que los habitantes con una nueva esperanza, en la posrevolución lograron superarse y sacar adelante el raquítico comercio y organizarse nuevamente como sociedad para desarrollar nuevos sueños para su tierra.

Contándose de antemano con uno de los elementos más importantes como el agua que corría por el Río Nazas con 55 kilómetros lineales en su transcurso y las tierras de las antiguas haciendas El Refugio, San Jacinto, León Guzmán (San Juan de Casta), La Goma, La Loma, Lerdo y Villa Juárez. En ese entonces se cultivaba especialmente en las márgenes del Nazas y del Aguanaval, en tierras de aluvión, en las más altas que son tierras delgadas: maíz y trigo. En los huertos de Ciudad Lerdo y Villa Juárez, legumbres y frutales, la uva de diferentes clases, higos, zarzamora, mora blanca y negra, peras, manzanos, ciruelas, limas. Sus ramas de actividades se dividían en grande y pequeña, la primera se practicaba en las haciendas y ranchos, dedicadas al cultivo de algodón, trigo, alfalfa en la casi totalidad de los terrenos laborables, la segunda por parcelarios y pequeños propietarios que se dedicaban al cultivo de maíz, frijol, maíz de espiga, frutales, hortalizas y plantas de ornato, algodón, naranjas y duraznos. El tomate era una de las legumbres que más se cultivaban, de los que se distribuían en gran cantidad a otras plazas de la república, melones y sandías.

La minería se encontraba al norte del municipio cerca de la Sierra del Sarnoso, en los límites con el Municipio de Mapimí. Del Cerro Blanco se extraían minerales que contenían tungsteno y también grafito y plombajina. Al lado Oeste de Lerdo se extraía una caliza semejante al mármol, que las utilizaban en la fabricas de jabón para dar cuerpo algunos de sus productos, así mismo el almagre y mucha piedra de la que se obtenía la cal.

Eso no fue suficiente a la ciudad más antigua, la más pintoresca y la de mejor clima en la Comarca Lagunera, pues todavía para 1922 la superficie del Fundo Legal de 1879 continuaba siendo el mismo, dando como resultado de que la ciudad no creciera por ninguno de los puntos cardinales y por consiguiente el progreso en todos los órdenes quedara estancado. En ese entonces la actividad comercial y lo industrial, se puede decir que carecía de ambas cosas, ya que no existían sino pequeños comercios. La consolación fue en 1925 con la instalación de una industria, la Cervecería Durango, que le vino a dar un aliciente.

Más adelante fue el establecimiento de una Central Aérea, con la que se tuvo la oportunidad de dar el servicio de transporte de dinero y viajes de esta ciudad a algunos ranchos, ampliándose sus actividades con la fumigación de los campos de algodón plagados. La Compañía Aérea en Lerdo, no nada más beneficiaría a los usuarios de los distintos municipios de La Laguna, sino también a los integrantes del Comité Administrativo de los Ejidos de C. Lerdo. La empresa de aviación el día 18 de abril de 1925, inauguró sus actividades haciendo su primer vuelo de Ciudad Lerdo a Monterrey, saliendo a las 5:20 A.M. con destino a la ciudad de Monterrey. Poco duro el gusto, pues fue suspendido el servicio aéreo a fines del mes de agosto de 1925, provocando la cancelación de varios proyectos que la Compañía de Transportes Aéreos tenía en mente.

En ese tiempo las ciudades vecinas se habían desarrollado, como Torreón en el renglón urbanístico y absorbió el comercio comarcano y dio nacimiento a la industria que alcanzó en esos tiempos una regular escala y siguió desarrollándose en forma veloz comercial, industrial. Mientras Cd. Lerdo, había quedado materialmente inerte y hasta entró en descenso notable, no teniendo ninguna fuente que pudiera hacerse resurgir en ningún orden, pues carecía de toda comunicación ferrocarrilera y terrestre. Únicamente con el Tranvía Eléctrico.

Por lo tanto, las esperanzas de progreso no existían, estaba decaído en su grado máximo, porque aparte carecía de muchos servicios, infinidad de casas abandonadas, y se aquejaba de una comunicación más rápida con las ciudades de Gómez Palacio y Torreón. En ese entonces gran número de habitantes de ciudad Lerdo en vista de no contar con empleos en su lugar de residencia, tenían que trasladarse a sacar su subsistencia precisamente a esas ciudades vecinas, situación que los habitantes de Lerdo preferían irse a radicar a Torreón, aunque sufrían la penalidad de las viviendas estrechas y de alquiler elevado y el clima maligno, que en vez de seguir de habitando en Lerdo y gozar de su agradable clima y por lo pintoresco y hermoso de sus jardines públicos o particulares, todo por no pasar penosas molestias para sus cotidianos viajes.

A pesar de todas calamidades había hombres con visión que levantaron la economía de Lerdo, en las actividades del comercio, obreros en las pocas fábricas, los maestros en las escuelas, los profesionistas con título de doctores dando servicio para aliviar a los enfermos y los campesinos cultivando sus tierras produciendo alimentos para el pueblo. En las luchas sociales la gente de Ciudad Lerdo, habían sobresalido desde las épocas remotas, dentro de la guerra de independencia, de Reforma, contra la intervención francesa. En la revolución mexicana grandes hombres se esforzaron por defender las libertades, como los jóvenes Epitacio Rea Flores y Jesús Agustín Castro, entre otros.

En las primeras décadas del siglo XX, la participación de la población en las manifestaciones artísticas fue de gran trascendencia, pues son varias las aportaciones que hicieron como hijos y adoptivos de Lerdo, que lograron triunfos y alcanzaron la fama nacional y mundial, los cuales presentaron inquietudes culturales, por la música, el canto, literatura y teatro, como: Don Melquíades Campos Esquivel, músico, maestro y compositor, Néstor Mesta Chaires el Gitano de Lerdo, gran tenor y triunfador nacional e internacionalmente. José Jaramillo García, lerdense que radicó en España, que tuvo una brillante carrera como pianista y compositor. A través del tiempo ha tenido innumerables músicos y conjuntos musicales, como el Quinteto Lerdo, formado por distinguidos lerdenses.

Abarcando también en lo cultural, el ameritado maestro Amado Illarramendi Fierro, como cronista e investigador de la historia de Lerdo y regional. En literatura, aunque cuando no haber nacido en Lerdo, fue un claro hijo adoptivo el poeta potosino Lic. Manuel José Othón, cuyas inspiraciones poéticas las desarrolló especialmente en la belleza de sus mujeres, y en la exuberancia del campo y especialmente en el atractivo del desierto lagunero, componiendo uno de sus mejores poemas "El Idilio Salvaje". Y por último don Octaviano Rivera Esquivel, literato, poeta y periodista, oriundo de Cd. Juárez y Vicente Verdugo Villegas quien fue el promotor del primer monumento edificado en memoria a la Madre.

Uno de los lerdenses más destacados en el Siglo XX, fue el piloto Aviador Francisco Sarabia Tinoco quien sobresalió en la aeronáutica civil, llamado el Aguilucho. En aquellos aciagos días del año de 1972, los valientes ciudadanos que defendieron la autonomía municipal contra el pretendido proyecto de Ciudad Laguna, pero también el cambio político más sobresaliente en el siglo XX, donde en el año de 1995, por primera vez en la historia de Lerdo, gobernó una mujer de un partido diferente, los lerdenses se tornaron por la alternancia del poder.

Así paso Lerdo más 70 años de vida de una Ciudad Mártir, sin cambio alguno, pocos planteles de educación, servicios e ineficientes, sin fuentes de trabajo y pobreza, con apoyos gubernamentales muy raquíticos en presupuestos, que no se tenía ni para comprar lo más elemental; pero a partir de 1980 Lerdo nace de la cenizas, pues surge un nuevo aliciente que fue aumentando en las siguientes décadas, que poco a poco fue transformándose, logrando proyectar una gran infraestructura urbana, de caminos, de vivienda, cambiando su fisonomía de ciudad chica, al haberse establecido un crecimiento, en lo económico, tanto en la zona urbana como en la rural. Gracias al esfuerzo y la esperanza de todos los lerdenses, que han dado todo para poder obtener los avances educativos, en las escuelas primarias y secundarias, y las de estudios superiores, como el Instituto Tecnológico de Lerdo, la Escuela Normal Gral. Lázaro Cárdenas del Río", pilares fundamentales para el desarrollo académico, investigación y cultural en la región.

Los lerdenses no se sienten satisfechos por lo que han alcanzado, les falta mucho por recorrer, porque en comparación con otros municipios hermanos, éstos los han dejado atrás, para lo cual ponen todo su empeño y decisión para seguir transformando las cosas, luchar contra la inseguridad, la desigualdad, la marginación y la pobreza, creando las mayores oportunidades para la búsqueda de un sueño mejor, sobre todo para aquellos que nada tienen, y para que las nuevas generaciones tengan un porvenir en el futuro, acrecentar los logros obtenidos, trabajando unidos, con el fin de seguir mejorando. Se cuenta con infraestructura, en Salud, Educativa, Vivienda, Turismo, Carretera, Industria y lo más importante la Cultura y la Historia, y un municipio con honorable hospitalidad y algo más.

Lerdo merece que sus hijos vivan en la prosperidad, y eso se da con la participación y la unión de todos.

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