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Noticias de Parras; Hacienda de Santiago de la Castañuela

SIGLOS DE HISTORIA

Ejido Seguin. Poblado más cercano al sitio de la Castañuela. c.a. 1998.

Ejido Seguin. Poblado más cercano al sitio de la Castañuela. c.a. 1998.

GILDARDO CONTRERAS PALACIOS

Coordinación de la serie: Yeye Romo Zozaya

PRIMERA PARTE

La hacienda de Santiago de la Castañuela fue fundada por el conquistador Francisco de Urdiñola, por merced que le concedió el 22 de noviembre de 1589 el general Alonso Díaz, en ese entonces, teniente del gobernador de la Nueva Vizcaya, Rodrigo de Río de la Loza. La citada hacienda estuvo situada exactamente a ocho leguas al oriente del pueblo de Santa María de las Parras y a cuatro de la hacienda de San Francisco de los Patos, hoy General Cepeda, Coahuila.

La castañuela formó parte de un grupo de haciendas y ranchos que por el rumbo del sureste del estado de Coahuila y el noreste del de Zacatecas, poseía el mencionado Urdiñola, entre las que se encontraban Bonanza, Cedros, Mazapil, Santa Elena y la misma Patos. Las haciendas a las que hemos hecho mención, después pasaron a formar parte del inmenso territorio que constituía el marquesado de San Miguel de Aguayo y en su mayoría eran agostaderos semidesérticos, en donde no existían prácticamente corrientes de aguas permanentes.

Entre Saltillo y Parras, existió una serie de pequeños manantiales alrededor de los cuales se formaron algunos poblados, dedicados primordialmente a la cría de pequeños hatos de ganado ovino principalmente y a una incipiente agricultura; el agua era poca y apenas alcanzaba para las necesidades primarias de los pobladores. Debido a ello, Castañuela al igual que otras haciendas de la región mencionada, tuvo un desarrollo muy lento, amén de que eran objeto de los asaltos y depredación de los indios bárbaros del norte. Se ubicaba en una pequeña loma frente a la desembocadura de dos cañones que forman algunos cerros de mediana altitud, situados al sur del gran llano de la Paila, continuación del inhóspito y muy temido Bolsón de Mapimí.

Entre los años de 1602-1603, pasó por ese lugar el ilustre obispo de la Nueva Galicia, con sede en Guadalajara, don Alonso de la Mota y Escobar, quien en sus memorias dejó la siguiente anotación: "… cuatro leguas adelante (de Patos), está otra hacienda de yeguas y cría de mulas, donde también se coge maíz. Llamase este paraje Castañuela. Ocho leguas adelante está otra hacienda que llaman de Parras…"

Castañuela fue el hogar de un buen número de familias dependientes de Urdiñola y sus descendientes, los Marqueses de San Miguel de Aguayo y Santa Olaya. Allí habitaban en regular cantidad, indios de los llamados "laboríos", que se habían reducido "pacíficamente" a la civilización por medio de las encomiendas, esa figura social que trataba de disfrazar la esclavitud de las personas que a ella se acogían y que pertenecían principalmente a las tribus de los Baharis, Hodoames y Catuxanes, entre otros. Allí fueron llevados también individuos de raza negra, en condiciones de esclavos, quienes fueron traídos por Urdiñola para que en sus haciendas realizaran las faenas más pesadas del quehacer cotidiano. Aquí es importante señalar que en la hacienda de San Francisco de los Patos y en la hacienda de Parras, estaba congregado el grueso de los esclavos que Urdiñola había adquirido para su "uso" personal. En Castañuela había también, uno que otro individuo de raza mestiza que actuaban como administradores o dependientes de dicha hacienda. La actividad primordial de las personas allí radicadas eran las relativas al cultivo de la tierra, al pastoreo del ganado lanar principalmente y a la vigilancia del mismo sitio de los sitios aledaños.

La hacienda de la Castañuela era un lugar que contenía varias construcciones que se resumían en las casitas de piedra y adobe para sus moradores, una casa más grande para el administrador y una pequeña iglesia. Dichas construcciones se levantaban formando plaza a manera de defensa contra los bárbaros, hacia el sureste del caserío se localizaba el cementerio y un poco más allá en la misma dirección, había un arroyo de regular tamaño en anchura y hondura. Al lado poniente del citado arroyo, surgía el agua de uno de los manantiales del lugar, que nacía en el cerro adjunto; manantial que permitía a los lugareños satisfacer sus necesidades cotidianas de supervivencia, el cultivo de las tierras situadas al norte del caserío, en las que se cosechaba una regular cantidad de maíz, frijol, trigo, algunos frutales y hortalizas; además con el vital líquido daban de beber a los animales que allí se tenían y que eran principalmente aves de corral, borregos, cabras y equinos.

El puesto de la Castañuela, por su ubicación, siempre estuvo expuesto a los ataques de los indios "enemigos", que se descolgaban por el inmenso desierto de la Paila, situación que ocasionaba que frecuentemente se despoblara y sus habitantes fueran replegados a las haciendas de Patos y Parras. A principios de junio de 1678, el entonces administrador de Castañuela, Joseph de Aguilar, informó al cura párroco de Parras, licenciado Marcos de Sepúlveda, que la iglesia del lugar se encontraba en el más completo abandono, con la puerta del recinto totalmente inservible, que ocasionaba que el sacro lugar se llenara de basura y el deterioro paulatino del mismo. Esto era el resultado de que la hacienda había permanecido despoblada desde hacía cinco años. El padre Sepúlveda tomo cartas en el asunto e informó al dueño del lugar, el general Agustín de Echéverz sobre dicha situación. En ese año, Echéverz, quien era esposo de doña Francisca de Valdez y Alcega aún no obtenía el título de Marqués de Aguayo…). Aguilar compareció ante el sacerdote y le comunicó que el día 13 de junio, había pasado por la hacienda el general Echéverz con rumbo de Parras y le había ordenado que se reparara totalmente la iglesia, y se trajeran de Patos, los morillos, canales y demás necesarios para reparar el sacro recinto y dejarlo lo más decente posible. Dijo Aguilar que posteriormente el general Echéverz, enviaría de la iglesia de Patos, los ornamentos, vasos sagrados y todo lo necesario para celebrar en dicho lugar el Santo Sacrificio de la Misa. Aguilar declaró que desde que su padre llegó a dicho lugar para encargarse de la administración, nunca vio que se enterrase difunto alguno en el interior de la iglesia, como en algún tiempo se hizo.

Después de escuchar el testimonio de Aguilar, el padre Sepúlveda, se comprometió a pasar en fecha posterior para reconocer la iglesia y testificar las obras de remodelación que allí se hacían, visita previa a la celebración de los oficios religiosos en dicho lugar. La restauración quedó lista en el mes de agosto de ese año de 1678 y el día 31 de dicho mes el padre Sepúlveda, auxiliado por un cura teniente de Parras acudió a la Castañuela y celebró solemnísimos actos religiosos para bendecir el templo y lo dejó listo en beneficio espiritual de los lugareños.

Castañuela, claro que era paso obligado de la gente que se movía entre Parras, Patos y el Saltillo. El 9 de marzo de 1734, los lugareños se asombraron con el paso del cadáver segundo marqués de San Miguel de Aguayo, don Joseph de Azlor y Virto de Vera, quien había fallecido ese día en la madrugada en su hacienda de Patos y era trasladado a Parras para su entierro. Allí pernoctó la comitiva fúnebre que acompañaba al cadáver para salir otro día muy temprano rumbo a su última morada en la iglesia de los Jesuitas de Parras.

El 4 de junio de 1767, pasó por Castañuela la comitiva de don Cayetano María Pignatelli Rubí Corbera y Saint Clement, poseedor del título de Marqués de Rubí, Barón de Linas, Comendador de la Orden Alcántara y Mariscal de Campo de los Ejércitos de Su Majestad; a dicho personaje con ese nombre tan largo y confuso lo acompañaba un joven de nombre Nicolás de Lafora, quien vestía traje de campaña con las insignias del Real Cuerpo de Ingenieros. La comitiva había salido de la ciudad de México en los primeros días del año de 1766, con el objeto de realizar un viaje de inspección de los presidios internos, situados en el México Septentrional, para dar cuenta a Su Majestad de su situación y estado. Lafora dejó una memoria de lo visto y acontecido en dicho recorrido; en dicho diario de viaje, escribió a cerca de Castañuela en su paso de Parras a Patos y el Saltillo: "… Día cuatro (junio 1767), anduvimos once leguas rumbo principal E.N.E., por tierra llana con algunas lomitas hasta dos leguas de la Castañuela, pasando a la primera legua por la estancia de Ojuelos, a cuatro de esta y a un cuarto de legua sobre la derecha del camino, se ve la estancia de la Noria y algo más lejos la de Patagalana, y las dos últimas leguas de esta jornada, son de lomas con bastante piedra y muchas quiebras, señalándose particularmente un cajón muy estrecho que por mucha peñasquería llaman Infiernillo; el que procede de media legua la hacienda de la Castañuela, donde paramos. En ella se mantiene diez y seis escolteros, incluso un cabo, a expensas del Marqués de San Miguel de Aguayo, que son de mucha utilidad para el resguardo de sus haciendas y el camino real en que infestaban de los Natajes y Lipanes, faltando a la providencia." Hasta aquí las palabras de Lafora. Para cerrar esta parte solo una observación: el paso de la comitiva del Marqués de Rubí, por la región de Parras, se llevó a cabo en los días previos a la expulsión de los Jesuitas de los Territorios Novohispanos, la cual surtió efectos el día 6 de junio de 1767, sin embargo en Parras por problemas de logística, al confundir Parras con Parral se hizo efectiva hasta el día 2 de julio siguiente. Seguimos…

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FUENTES:

-Alonso de la Mota y Escobar. "Descripción Geográfica de los Reinos de la Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo León". Introducción por Joaquín Ramírez Cabañas. Editorial Pedro Robredo. México, D.F. 1940.

-María Vargas Lobsinger. "Formación y Decadencia de una Fortuna. Los Mayorazgos de San Miguel de Aguayo y de San Pedro del Álamo. 1583-1823. UNAM. México. 1992.

-Nicolás de Lafora.. "Relación del Viaje que hizo a los Presidios Internos. Situación de la Frontera de la América Septentrional, perteneciente al Rey de España. Liminar Bibliográfico y Acotaciones por Vito Alessio Robles. Editorial Pedro Robredo. México, D.F. 1939.

-Gildardo Contreras Palacios. "Parras 400. Noticias de su Fundación y Otras Cuestiones Históricas. ENORME. Torreón. 1999.

Archivo María y Matheo de Parras. Exp.523. Diligencias sobre reparación de la capilla de la hacienda de Castañuela. 1678. Una hoja.

Restos más antiguos delas obras de irrigación que existieron en Castañuela. c.a. 1998.
Restos más antiguos delas obras de irrigación que existieron en Castañuela. c.a. 1998.
Plano de la región de Parras, elaborado en 1905, que abarca de la Peña(Viesca) a
General Cepeda, en donde podemos ubicar el sitio en donde estuvo situada la hacienda
de Castañuela.
Plano de la región de Parras, elaborado en 1905, que abarca de la Peña(Viesca) a General Cepeda, en donde podemos ubicar el sitio en donde estuvo situada la hacienda de Castañuela.

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