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José Agustín de Escudero, un personaje que la Comarca Lagunera no le ha dado el lugar que se merece

SIGLOS DE HISTORIA

Plaza de toros Torreón. Postal de la Villa del Torreón 1901 desde el Cerro de la Cruz con vista a la calle Morelos, Plaza de Toros y Palenque. Sonora News Co.

Plaza de toros Torreón. Postal de la Villa del Torreón 1901 desde el Cerro de la Cruz con vista a la calle Morelos, Plaza de Toros y Palenque. Sonora News Co.

Ing. Alejandro Ahumada, investigador Histórico

Para muchas personas este nombre puede ser aparentemente desconocido. Digo aparentemente ya que a la fecha la gran mayoría de los relatos leídos por todos nosotros, sobre los primeros años de nuestra historia y que han sido repetidos por todos los autores laguneros, provienen de los libros escritos por Eduardo Guerra, el primero en 1932 y los siguientes en 1956.

Eduardo Guerra es el iniciador de esta cadena, sólo hace mención de la posesión de los documentos en que se basó para escribirlos y no los citó como se hacen en publicaciones académicas.

En el libro escrito en 1956, Guerra hace una pequeña mención de que a la muerte de José Agustín de Escudero le entregaron la gran colección que éste formó junto con su padre y pasaron a formar parte importante de su colección documental.

La siguiente parte es una transcripción tomada de los papeles originales de la Colección Eduardo Guerra y pertenece a una serie de biografías escrita por él, en 1950, para la revista del Casino de La Laguna, llamada Historia de Torreón. Laguneros Ilustres.

El 24 de marzo de 1843 nació el Lic. Escudero, de padre prócer, originario de Hidalgo del Parral, que sirvió eminentemente a la Patria y de quien heredó sólidos principios, sabiduría y patriotismo. Fue el dos de febrero de 1862 cuando el Lic. Don José Agustín de Escudero, que apenas contaba diecinueve años de edad, se afilió en las entonces escasas huestes del periodismo nacional dando los primeros pasos por tan espinosa senda e iniciándose como novel escritor público, en un diario que llevaba el llamativo y pintoresco nombre de E1 Pájaro Verde y que por esas fechas editaba en la Capital de la República el Sr. don Francisco Villanueva y Francesconi y en que figuraba como director el inteligente periodista don Luis Vilard. Joven aún, casi un adolescente, el Sr. Lic. Escudero se sintió poseído de verdadera vocación para escritor público y desde esa lejana fecha no dejó de escribir en diferentes publicaciones, distinguiéndose siempre por su cordura, por su amor al orden, por su respeto a las autoridades legalmente constituidas y a la vida privada, cuyos linderos jamás traspasó, pues ajeno siempre a ruines intrigas y a odiosos personalismos de su pluma jamás salió un insulto, ni una frase dura para sus contrarios en política o en cualquier otro orden de ideas. Escritor de altos vuelos, serio, pulcro e idealista sus artículos fueron profundos y sinceros, inspirados siempre en el amor a la humanidad, a la Patria, pedazos de su alma hijos legítimos a las libertades y a la justicia.

Su propio corazón y de sus nobles sentimientos fueron como un claro reflejo de su carácter dulce, jovial y bondadoso y cuyo carácter le sirvió de impenetrable escudo para cruzar por el mundo en su larga peregrinación por esta vida, unas veces por angostos caminos erizados de punzadoras espinas y otros por floridos valles, siempre con la sonrisa en los labios, la fe en el alma y la alegría en el semblante, sin embargarse un solo momento con los penetrantes perfumes de los halagos de la fortuna, ni preocuparse por los arañazos de la envidia, de la calumnia, de la pobreza y de las persecuciones que son como el crisol donde el oro de la virtud se purifica, donde se aquilata el mérito de los hombres buenos.

El periodismo nacional doctrinario tuvo en el señor Escudero, un constante e infatigable obrero.- Durante sesenta años que como periodista cumplió, escribió un gran número de periódicos de diferentes puntos del país, unas veces como fundador y otras como redactor o colaborador.

Solamente en esta Comarca, fundó y sostuvo por largas temporadas cinco semanarios y dos diarios con los siguientes títulos o nombres: La Idea, La América Independiente, El Voto Público, La Gaceta Regional, El Eco de la Comarca, Evolución y El Popular. En estas publicaciones cubrió el -Lic. Escudero la etapa 1889 a 1912 y particularmente colaboró en nuestra prensa constitucionalista El Radical y El Regional hasta 1920 así como en los demás órganos del periodismo regional hasta su muerte en 1922.

En sus largos viajes por Europa y las Repúblicas de la América del Sur, también llevó su importante bagaje periodístico. Periódicos de París, Roma, Madrid y Lisboa lo acogieron en sus redacciones y publicaron sus artículos sobre diversas materias. En Sur América donde permaneció -largos años fundó diarios tan importantes como el Eco de América, La América del Sur y la notable Revista Latino Americana, quincenal de 32 páginas en folio donde colaboraron los más notables escritores del Continente Latinoamericano, habiendo sido director en Buenos Aires de La Pampa diario de la mañana y El Telégrafo de la Pampa diario de la tarde editados ambos por el conocido estadista D. Ezequiel Paz. En Montevideo capital de Uruguay fundó Eco de la Verdad y colaboró en el Siglo de que fue director el ex presidente de aquella república señor Dr. Julio Herrera y Obes. En El Hispano Americano de Orestes Araujo y en algunos otros que a nuestra memoria se escapan y en La Asunción capital de la república del Paraguay La Reforma único diario que existía por entonces en aquella nación. Los apuntes relativos a la extensa labor periodística del biografiado cuya modestia fue reconocida por amigos y enemigos, los hemos obtenido a duras penas, hurgando de vez en cuando en el archivo de su bien provista biblioteca, que forma parte de la nuestra.

El viejo periodista, el infatigable luchador, que empezó su carrera cuando la vida le sonreía, cuando su cabellera bruna servía de marco a su juvenil semblante llegó a los sesenta años de incesante brega y a los setenta y nueve años de edad, si no con la frescura de la juventud, sí con la sana alegría del deber cumplido, que iluminó su semblante, como uno de esos soles próximos a extinguirse y que de las profundas lejanías del espacio donde están próximas a desaparecer, aún mandan a la tierra sus últimos destellos, como una manifestación de su poder y de su genio.

Alentando el esfuerzo de los hombres que consagraron sus vidas al desenvolvimiento agrícola, industrial y comercial de esta región, fincaron aquí también el campo de sus esfuerzos intelectuales de relieve extraordinario.

Al advenimiento de los ferrocarriles se establecieron en la región las primeras prensas para fines periodísticos y se dio nacimiento a la prensa regional. Corresponde el más grande honor en este campo de acción orientadora, sin duda alguna al señor Lic. don José Agustín de Escudero que cubrió con su pluma los primeros treinta y cinco años, de los sesenta y dos que abarca la historia del periodismo comarcano, del mismo modo que han cubierto con su vasta acción periodística los últimos treinta años los Guerrero y los Juambelz. En el orden doctrinario Los Rodríguez, y los Mesta.

Tratando de reducir aquí estas líneas a la mera vida publicitaria del más alto exponente del periodismo profesional de la región, sólo de paso haremos mención al hecho de haber sido escudero orador patriótico por excelencia en nuestros aniversarios nacionales. Sus piezas de elocuencia pueden llenar varios volúmenes de provechosa lectura oratoria, pero eso será motivo de otras publicaciones. Fue un gran hispanista y campeón en la Diplomacia Internacional del Latinoamericanismo.

Su vida inicial se desarrolló en España al lado de Castelar en el movimiento de la Primera República, habiéndose apartado con ese motivo de su iniciada carrera eclesiástica.

En su lucha por la unión de los países iberoamericanos recibió grandes honores y condecoraciones de diversos países y de instituciones científicas y literarias.

De su primer matrimonio en España dejó una descendencia que no sobrevive y de su último matrimonio hubo una bella hija del corazón que también se malogró en edad temprana.

El Lic. Escudero murió el 12 de marzo de 1922 y sus restos descansan en el Panteón Municipal de Torreón.

José Agustín de Escudero no escribió libro alguno sobre la historia de Torreón, vivió una parte de su vida en momentos cruciales para las villas y después ciudades de Torreón y Lerdo desde 1897 hasta su muerte. En su carácter de escritor y periodista dejó plasmado toda esa época. La descripción hecha por Eduardo Guerra se queda corta dado lo rico e intenso de su vida y que uno como privilegiado pude conocer al tener acceso a lo que queda de esta gran colección José Agustín de Escudero.

Por el poco espacio de esta columna sólo quisiera mencionar, que por la importancia y grandeza de este gran señor, se le debe reconocer, difundir y recordar como el ciudadano distinguido que siempre fue.

alejandroahumadatorreon @gmail.com

Si tiene comentarios, escríbanos a: [email protected]

Plano 1883 áreo de la Hacienda del Torreón junto al margen del Río Nazas y la Hacienda de Santa Rosa.
Plano 1883 áreo de la Hacienda del Torreón junto al margen del Río Nazas y la Hacienda de Santa Rosa.

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Escrito en: Siglos de Historia

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