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Grupos, asociaciones, mafias y monopolios

Con un cristal diferente, con una lupa aguda se pueden ver por todo el país, actuantes y penetrantes los entes enunciados en título de este texto.

Resulta fatal el desenlace que presentan estos colectivos en cuanto adquieren fuerza legal o ilícita, todos llegan forzosamente al abuso, a la extorsión, la masacre y el acaparamiento.

1.- Los elementos pertenecientes al H Cuerpo de Bomberos de la Cd de México; héroes reconocidos, hombre de probada bonhomía y mérito indiscutible, metidos en un lodazal. Su agrupación vende plazas, cobra cuotas ilegales, ejerce el nepotismo y la más sucia corrupción.

2.- Los maestros de la CNTE, imponiendo por su arbitraria fuerza una reforma que vuelve a la venta y herencia de plazas, pases automáticos, y cero exigencias en el desempeño de la labor que puede hacer al país una nación fuerte y próspera.

3.- Los políticos del más alto rango, reunidos en un casi aquelarre, donde el primer mandatario discute temas de interés y seguridad nacional en la casa de un empresario representante de la más negra corrupción desde que fue fundada.

4.- Muchas ONG, organismos civiles que buscan un bien humanista, cívico, artístico, educativo; que en realidad son predadores del dinero público, como el caso del señor que en la primera entrega de las aportaciones del estado se fue a comprar artículos de lujo de uso personal.

La regla es infalible: en cuanto un grupo toma fuerza y se impone, se convierte en mafia o monopolio, tornan en un mal, producto de la unión, asociación y agrupamiento. Es cuando el lobo se da cuenta que tiene afiladísimos colmillos. Hoy, nuestra sociedad está a merced de esta forma fatal de los grupos, sean choferes, concesionarios, empresarios, religiosos, autoridades, profesionistas, jóvenes, hombres o mujeres. “Ubi grupus, ubi unmunditia”….donde hay grupos poderosos hay inmundicia. Cierto o no?

Miguel Ángel Hernández

Torreón, Coah.

***

Medida necesaria

La autorregulación de las redes sociales y plataformas como Facebook y Twitter es una medida necesaria, pero no es la única decisión necesaria para combatir la ausencia de verdad en las noticias. Es necesario acabar con la lógica de la desinformación a través de un cambio de mentalidad, tanto en los productores como en los usuarios, en lo referido a la pretensión de verdad que debe estar presente en toda comunicación.

Como ya dijo el Papa Francisco en su mensaje con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año, “ninguno de nosotros puede eximirse de la responsabilidad de hacer frente a estas falsedades”. Son loables las iniciativas educativas que enseñan “a no divulgar de forma inconsciente la desinformación”, sino a ser protagonistas “activos en su desvelamiento”.

Xus D Madrid

Girona (España)

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