EL ADMIRADO EVO MORALES ASILADO EN MÉXICO
EL ANÁLISIS DE DR. J. MENDIZÁBAL, Y LO PÚBLICO CON SU ANUENCIA POR INTERÉS GENERAL.
¿Alguien sabe de qué está compuesto su teléfono, su vehículo, sus aparatos electrodomésticos, sus medicamentos, etc? De la fiebre del oro del siglo XXI. Se llama litio para los que no recuerdan la tabla de los elementos en la clase de química de la secundaria. ¿Saben quién tiene ese mineral preciado? Varios países lo tienen, como Rusia, Chile y Argentina. Pero el que tiene las reservas más grandes del planeta es Bolivia, con el 43 % de reservas mundiales. Para su extracción el Gobierno boliviano, encabezado por Evo Morales, operaba una empresa paraestatal (empresa mixta entre el Estado y particulares). Adivinen quién era su mayor cliente: la República Popular China. Y tenía con Bolivia un acuerdo comercial muy jugoso para el país andino. Tan buena relación comercial entre ambos países incomodaba mucho a Donald Trump y su gabinete.
Era un acuerdo comercial internacional como cualquier otro que realizan todos los países con países amigos. Pero el que Bolivia se fortaleciera en la extracción del litio la ponía en ventaja y le aseguraba poderío económico en el futuro. Dejaría de ser, en unos cuantos años, un país de "indios" y pasaría a ser un país privilegiado a nivel mundial, donde su presidente sería adulado por las potencias. El presidente de Estados Unidos tendría que saludar de mano al presidente boliviano, cosa que no hacen desde hace décadas (Barack Obama, a pesar de ser querido por muchos, siempre se negó a saludar de mano al presidente Boliviano en los foros internacionales donde coincidían y se lo saltaba en la fila de presidentes a saludar, en abierto acto de humillación). Recordemos que Bolivia desde septiembre empezó a producir sus propios autos que operaban a base de litio, no de gasolina. Recuerdan ustedes el pasado 19 de mayo cuando Estados Unidos inició un conflicto comercial con China ordenando a la empresa norteamericana Google que dejara de proporcionar actualizaciones de su sistema operativo Android a los propietarios de teléfonos chinos Huawei, llevando a esa empresa china al abismo, cuando China contraatacó imponiendo aranceles a los productos norteamericanos, donde creen que Estados Unidos comenzó a poner el ojo. Claro, tenía que tomar control del Gobierno de Bolivia para que China, sin el litio que Bolivia le estaba vendiendo a manos llenas, se arrodillara ante Estados Unidos en total sumisión, política y económica.
La pieza clave del ajedrez era Bolivia. A Donald Trump le interesaba urgentemente sacar a Evo Morales y a China de Bolivia. ¿Ahora entienden, queridos amigos, los intereses detrás de este golpe de Estado y de esta entretejida red de conspiraciones geopolíticas? En cada país existen políticos y movimientos sociales que son conservadores, de ultraderecha. Son neoliberales, capaces de traicionar a su propia patria. De hecho son capaces de traicionar a su propia madre que los parió. Como lo es el caso del politico mexicano Ricardo Anaya, quien tiene a su familia viviendo en Estados Unidos y viaja en avión a visitarla los fines de semana.
En cierta forma, Evo Morales es parcialmente culpable de su caída, por su falta de previsión. Al mandatario le faltaron consejeros políticos internacionales y consejeros comerciales en su gabinete. Por sí solo el presidente no se dio cuenta de que la última batalla de la guerra comercial entre China y Estados Unidos se estaba llevando a cabo en territorio boliviano. Ni la visita a Bolivia en calidad de "turista" de Ivanka Trump, la hija del presidente norteamericano, una semana antes del golpe de Estado, le abrió los ojos a Evo Morales para que oliera el peligro y se diera cuenta de que Estados Unidos estaba por dar el jaque mate a su presidencia. El futuro de Bolivia ahora es incierto. El futuro de ese país latinoamericano y sus enormes reservas de litio están ahora en manos de un puñado de traidores.
