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Contagio

Alejandro Tovar

En esa permanente búsqueda de salir y encontrarle sentido a la vida pequeña, el hombre común enfrenta su fisonomía de tranquilidad y esperanza a la recarga electrizada de las modas que impone la tecnología, donde hay que ubicarse con la ola humana que domina el orbe, así que si es de mediana carga de adrenalina, mira que Joker va encima de El Irlandés en la persecución del Oscar; sin embargo, ése es un tema de absolutamente segundo nivel. Sí señor, el asunto es mirar a los finalistas de las conferencias en NFL, camino al Super Tazón 54.

Como los comunes tenemos una rutina mental y hasta vida sin horizontes, tenemos que comenzar a tomar aire desde el viernes en materia de medios pero el arranque santista fue contra lo que una buena lógica podría vaticinar, porque el equipo de Almada tuvo el desgaste físico, donde no hay reproche pero careció del volumen de futbol y la capacidad defensiva apetecida, así que la derrota era de esperarse. Y no porque Tijuana haya hecho el gran partido, sino porque Oscar Macías hizo un deprimente trabajo arbitral aún con el apoyo del VAR.

El VAR es para consultar de goles, penales y tarjetas rojas. Macías falló demasiado. El supuesto penal de Gorriarán no era tal. Después permitió que los defensores rojos golpearan a Lozano impunemente. Mendoza debió ser cuando menos amonestado por reiteración de faltas y las tarjetas fueron para Huevo y Furch, que protestaban, cansados de ser vapuleados. Santos careció de capacidad para imponer sus ideas por su discontinuidad e imprecisión Y Almada lo sabe, porque es inteligente, como sabe también que su hueco está en la zaga central y la contención.

Entonces el sábado es cuestión de girar hacia la NFL, porque igual que todos, queremos ver al fenómeno Lamar Jackson con sus tremendos Ravens pero este juego tiene ojos que trasmiten y luz que desconcierta, así que de pronto aparecen otros protagonistas, con ese mismo deseo de ser héroes, aunque sus nombres no estén dentro de la nómina de los escogidos y encontramos que adormilado Lamar viene Derrick Henry a procurarse un sitio dentro de las nuevas celebridades.

Si ya nos dimos cuenta de que por algo muy razonable les llaman Titanes, igual toda la gente ve que esto representa la invasión de la NFL en todo el ambiente y que es irresistible, o bien que nos encuentra en franca huída del soccer porque la industria de ese futbol, al menos en México, se ha consolidado como un proceso que va perdiendo credibilidad e interés. Primero porque la multipropiedad es manifiesta. Segundo, porque es un paraíso de los jugadores extranjeros y algunos mexicanos. Tercero porque las cadenas de tv enderezan su manipulación en cada partido.

Nos vamos acostumbrando a narraciones con tendencia al manejo, al control. Se hace común el no repetir jugadas dudosas del cuadro que les tiene contratados y de justificar el juego violento o hacer juicios light. Es como si estuvieran dirigiendo a un auditorio de analfabetas, porque tal vez vienen pensando y hasta quedan convencidos de que los pecados se pueden esconder en un cajón.

-Alejandro Tovar [email protected]

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