Columnas Social

PEQUEÑAS ESPECIES

EL AGRADECIDO FUI YO

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

Me encontraba auscultando a "Chuchito", un perrito poodle de catorce años y siete kilogramos de peso, presentaba faringitis, conjuntivitis además de las cataratas normales de su edad, dermatitis de sus miembros anteriores, gingivitis y sarro dental, glándulas anales congestionadas e inflamadas, sólo lo estaban tratando contra sarna, única enfermedad que le habían diagnosticado y la cual no era, al no ver resultados en su salud, decidieron buscar otra opinión.

La pequeña mascota había tenido una vida formidable al lado de sus dueños de la tercera edad, recientemente su dueña había fallecido, tuve la fortuna de conocerle de toda la vida, amaba a los animales, de un carácter extremadamente alegre, dinámica, elegante, guapa, excelente madre y mejor esposa.

Su marido también amante de las mascotas por más de ochenta años, fue quien llevó a "Chuchito" a consulta, después de inyectarle, aplicarle gotas oftálmicas y aliviar la congestión de las glándulas, le hice algunas indicaciones.

Empezó a recordar vivencias con su esposa y de su mascota quebrándose su voz, aún se encontraba consternado por la ausencia de su compañera de más de cincuenta años, y no sólo él, sino el pequeño poodle quien también la extrañaba.

Sabían el tiempo de vida que había pronosticado el Oncólogo, disfrutaban a diario sus actividades como si se tratara de una sola persona, adivinando mutuamente sus pensamientos.

Ella no temía a su desenlace, lo aceptaba como buena cristiana que fue durante su vida, su única preocupación era dejar sólo a su esposo y a "Chuchito".

Siempre contaron con el apoyo de sus dos hijos, ambos casados que vivían con sus respectivas familias. Antes de despedirse el dueño de mi paciente, me hizo una confesión. No me lo vas a creer, me dijo, pero cuando más la extraño y necesito de mi mujercita, aparece a mi lado animándome, al principio creía que era mi imaginación, pero desde que "Chuchito" también la ve, le ladra y le mueve su pequeño rabo alegremente, es cuando siento que está conmigo, y entonces hace feliz mi día. Sé que mi perro está muy viejito, pero es mi única compañía durante todo el día, y es por eso que he venido contigo para que lo alivies. También te quería comentar que no dejo de leer tus artículos del periódico, cuando eras estudiante, cuando iniciabas tu profesión en Mapimí, y las anécdotas de tus pacientes. Increíblemente me contó de artículos de hace años, y con lujo de detalles se acordó de ellos.

El agradecido fui yo, sobre todo por el amor y la vida de calidad que le dio a su esposa, quien fue hermana de mi madre. Mi tía Consuelo, le recuerdo con mucho cariño, una mujer encantadora, desde su saludo, le daba tal gusto, que inmediatamente sentía la sinceridad y el cariño con que lo hacía. Que en paz descanse.

[email protected]

Leer más de Columnas Social

Escrito en: pequeñas especies

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1664227

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx