Columnas Social

No hay que temerle a la vejez

Última parte

Dr. Leonel Rodríguez R.

A MI AMADO HIJO:

El día que esté viejo y ya no sea el mismo, tenme paciencia y compréndeme.

Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide cómo atarme mis zapatos, tenme paciencia...

Recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas...

Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras y sabes de sobra cómo termina, no me interrumpas y escúchame...

Cuando pequeño, para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas tus ojitos.

Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences...

Comprende que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas...

Piensa cuántas veces, cuando niño, te ayudé y estuve pacientemente a tu lado, esperando a que terminaras lo que estabas haciendo...

No me reproches porque no quiero bañarme..., no me regañes por ello...

Recuerda los momentos que te perseguí y los miles de pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo...

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con una sonrisa burlona.

Acuérdate que fui yo quien te enseñó tantas cosas... comer, vestirte y cómo enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia...

Cuando en algún momento, mientras conversemos, me llegue a olvidar de qué estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde...

Y si no puedo hacerlo, no te impacientes...

Tal vez no era importante lo que hablaba y lo único que quería era estar contigo y que me escucharas en ese momento...

Si alguna vez no quiero comer, no me insistas.

Sé cuándo puedo y cuando no debo...

También comprende que con el tiempo ya no tendré dientes para morder ni gusto para sentir...

Cuando mis piernas fallen por estar cansadas para caminar... dame tu mano tierna para apoyarme...

Así como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernitas...

Por último, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir y que sólo quiero morir, no te enfades...

Algún día entenderás que esto no tiene que ver con tu cariño o cuánto te ame...

Siempre quise lo mejor para ti y he preparado los caminos que has debido recorrer...

Piensa entonces que con este paso que me adelanto a dar, estaré construyendo para ti otra ruta en otro tiempo, pero siempre contigo...

No te sientas triste, enojado o impotente por verme así...

Dame tu corazón…

Compréndeme y apóyame como lo hice yo cuando comenzaste a vivir...

De la misma manera como te he enseñado en tu sendero, te ruego me acompañes a terminar el mío...

Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti...

Atentamente: Tu padre

A MI FAMILIA

Cuando yo me vaya, déjenme ir...

Tengo muchas cosas que hacer y ver.

No se aten a mí con sus lágrimas,

Por los hermosos años,

Demos gracia s DIOS.

Yo les di amor y ustedes,

Pensaran en la alegría que me manifestaron.

Les doy gracias a cada uno de ustedes

Por el amor que me brindaron.

Pero ahora tengo que viajar solo.

Si tienen que lamentar, lamenten un momento.

Sólo nos separaremos por un tiempo.

Mantengan los recuerdos en sus corazones.

La vida sigue adelante, no estaré lejos,

Si me necesitan piensen en mi,

Entre ustedes estaré.

Aunque no me miren, ni me puedan tocar,

Yo estaré cerca.

Sentirán el calor de mi amor en sus corazones.

Cuando ustedes tengan que viajar por este camino,

Yo los recibiré con una sonrisa.

Y les diré... bienvenidos.

Leer más de Columnas Social

Escrito en:

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Columnas Social

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1665699

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx