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1893: Muere Ignacio Manuel Altamirano, célebre escritor, periodista, político y maestro mexicano

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A 127 años de su muerte, que se cumplen este jueves, el destacado poeta, ensayista, crítico, cuentista, biógrafo, novelista, periodista, relator, historiador, maestro y político, es recordado.

A 127 años de su muerte, que se cumplen este jueves, el destacado poeta, ensayista, crítico, cuentista, biógrafo, novelista, periodista, relator, historiador, maestro y político, es recordado.

AGENCIAS

Reconocido en México como el Padre de la literatura nacional, el escritor Ignacio Manuel Altamirano traspasó las fronteras literarias gracias a su actividad política, educativa y social, que le permitió construir una identidad mexicana.

A 127 años de su muerte, que se cumplen este jueves, el destacado poeta, ensayista, crítico, cuentista, biógrafo, novelista, periodista, relator, historiador, maestro y político, es recordado entre otras cosas por haber impulsado las bases de la educación primaria gratuita, laica y obligatoria.

De acuerdo con una biografía que de él se publica en el portal de divulgación México desconocido, Altamirano fue maestro de dos generaciones de pensadores y escritores, y organizador de las famosas Veladas Literarias en su casa de calle de los Héroes.

Entre sus méritos estuvo el de preocuparse porque la literatura mexicana tuviera un carácter verdaderamente nacional, que llegara a ser un elemento activo para la integración cultural de un país, devastado por muchas guerras, dos intervenciones extranjeras, un imperio venido desde Austria y con poca identidad como nación.

Altamirano fue hijo de Francisco Altamirano y Gertrudis Basilio, quienes lo trajeron a este mundo el 13 de noviembre de 1834, en una población de Tixtla, Guerrero, según cita el portal sedena.gob.mx.

Sus biógrafos destacan que fue hasta su cumpleaños número 14 que el escritor comenzó un proceso de alfabetización y en 1849, fruto de sus estudios, recibió una beca para asistir al Instituto Literario de Cultura de Toluca, lugar en el que después impartiría cátedra.

Más tarde inició estudios de Derecho en el Colegio de San Juan de Letrán, en la Ciudad de México. Sin embargo, a partir de 1854 se incorporó a la Revolución de Ayutla con el cargo de secretario de Juan Álvarez, documenta el sitio bicentenario.gob.mx.

Para 1857, se encontró en medio de la Guerra de Reforma, por lo que le fue imposible concluir su licenciatura hasta finalizado el conflicto, en 1859.

Tras la victoria de los liberales, Altamirano se convirtió en diputado, cargo desde el cual se dedicó a conseguir educación primaria gratuita, laica y obligatoria; así como a la reconstrucción del telégrafo y la creación de observatorios astronómicos y meteorológicos.

El también maestro y político participó en la lucha contra el imperio de Maximiliano de Hasburgo, ganando el grado de coronel por parte del presidente Benito Juárez en 1865.

Su carrera literaria dio inicio en 1867 tras asegurar que “mi misión con la espada ha terminado”, registra el portal electrónico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

A lado de personalidades como Ignacio Ramírez y Guillermo Prieto, el novelista de origen mexicano fundó el Correo de México y la revista El Renacimiento, publicación que invitó a colaborar a diversos intelectuales de todas las corrientes ideológicas

Altamirano también formó parte de la generación del liberalismo ilustrado, junto a personajes como Ignacio Ramírez (1818-1879), Francisco Zarco (1829-1869), Guillermo Prieto (1818-1897) y Vicente Riva Palacios (1832-1896).

Fue miembro de la generación de los escritores jóvenes, en la que también participaron Justo Sierra (1848-1912), Manuel Acuña (1849-1873), Manuel M. Flores (1840-1885), Juan de Dios Peza (1852-1910) y Ángel del Campo (1868-1908).

Dentro de su quehacer periodístico, fundó los diarios El Federalista, La Tribuna y La República, así como la primera Asociación Mutualista de Escritores, de la cual fue presidente.

A decir de sus biógrafos, sus novelas Clemencia (1868), Julia (1870) y La Navidad en las montañas (1871) pusieron de manifiesto los males o conflictos en los que se vio envuelto su país durante ese tiempo.

Su poemario Rimas, reflejó su abundante producción dentro del género costumbrista. Mientras que en su trabajo como crítico literario reiteró la necesidad de superar la dependencia de los modelos europeos y la necesidad de encontrar un estilo y temáticas autóctonas, documenta el sitio biografiasyvidas.com.

Autor también de obras como Rimas (1871), Antonia (1872), Cuentos de invierno (1880) y Paisajes y leyendas (2 volúmenes, 1884-1949), Ignacio Manuel Altamirano falleció el 13 de febrero de 1893 en San Remo, Italia.

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