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La Laguna y el cambio climático

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

El cambio climático es un tema que preocupa a todos porque es un fenómeno global, planetario. Se reconoce que la Tierra en forma natural sufre procesos de calentamiento y enfriamiento, lo que distingue a la época actual de esos procesos naturales es que el calentamiento que hoy enfrentamos es provocado por el hombre.

Se ha identificado que el calentamiento de la Tierra se origina en la emisión de los llamados Gases de Efecto Invernadero (GEI) provocados por las actividades económicas y domésticas. En la medida que estas actividades tengan como fuente energética los combustibles fósiles o biomasa continuará carbonizándose el ambiente, de ahí que es fundamental que las economías y las sociedades lleven a cabo transiciones energéticas que disminuyan las emisiones de dióxido de carbono y metano, principales GEI que contribuyen en el cambio climático.

Para enfrentar este fenómeno es fundamental conocerlo, tener diagnósticos claros y puntuales sobre las fuentes y procesos de generación de GEI y los impactos que tendrá el cambio climático en la naturaleza y la sociedad. A nivel mundial existen avances importantes donde no solo se tienen diagnósticos globales y compromisos de los países de reducir las emisiones de GEI para evitar continúe la tendencia de que se incremente la temperatura, que suba por encima de los dos grados.

Algunos países han asumido y aplicado esos compromisos, otros no, como ocurre con los Estados Unidos, cuyo presidente niega la existencia de este fenómeno. México ha asumido dichos compromisos, pero no realiza los esfuerzos suficientes para cumplir con los retos establecidos, de hecho, tenemos un diagnóstico y un Plan Nacional para enfrentar el cambio climático, pero se le asignan escasos recursos para operarlo. La mayor parte de los estados también están en este canal.

Esto no ocurre a nivel local. En el caso de la Comarca Lagunera cuya economía regional presenta características particulares que le distinguen de otras regiones del estado o el país, existe la suposición, basada en estimaciones preliminares, de que la mayor parte de las emisiones de GEI provienen del sector transporte, particularmente del parque vehicular doméstico y comercial, con emisiones de dióxido de carbono, pero también del ganado con emisiones de metano.

Lamentablemente no existe un diagnóstico local de esas emisiones de GEI, de modo tal que se identifiquen puntualmente las fuentes y los tipos de contaminantes que estas generan. Sin este diagnóstico no es posible definir una política pública para enfrentar el cambio climático en esta escala, no hay un programa en el que se establezcan objetivos, estrategias y acciones que involucren a las entidades de los tres niveles de Gobierno, las empresas y los ciudadanos en un esfuerzo conjunto no solo para reducir esas emisiones, sino tampoco sobre cómo enfrentar los impactos locales de este fenómeno.

Ese plan debe contemplar las acciones de adaptación y mitigación que los laguneros debemos implementar. Existe un vacío que se convierte en una omisión en la política pública ambiental, las acciones de Gobierno que al respecto se implementan resultan parciales y aisladas, es el caso de las reforestaciones en espacios públicos urbanos, los sistemas de transporte colectivo o verificación vehicular, de infraestructura para movilidad no motorizada, de gestión de agua urbana, de manejo de residuos sólidos, por mencionar aquellas enfocadas a la población urbana.

En el caso de las actividades económicas realizadas en los espacios rurales enfrentamos situaciones de falta de regulación de explotaciones ganaderas, de manejo y uso de agua para la agricultura, de uso de agroquímicos, de manejo de residuos sólidos como los estiércoles, también por mencionar los vacíos existentes.

Para contribuir en la atención de las causas y los efectos del cambio climático también se requieren planes locales que involucren a la diversidad de actores en esta escala, un esfuerzo que nos involucre. En el caso de La Laguna es fundamental atender el tema de las reservas de agua ante la posible situación de escasez que deriva de una disminución en la disponibilidad de este recurso y el también posible aumento en la temperatura que nos someterá a problemas de estrés y seguridad hídrica.

Ojalá que pongamos atención en estas cuestiones antes de que esos problemas nos alcancen, que disminuyan los márgenes que nos permitan manejarlos y lo hagamos bajo presión al tenerlos encima. La previsión de estas cuestiones es algo que debe preocuparnos a todos, no solo a los políticos que nos gobiernan.

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