En la cocina del Potrero se guisan cosas sabrosísimas.
Y se oyen otras más sabrosas aún.
En esta ocasión se habla del coronavirus. Declara doña Rosa:
-Yo estoy rezando mucho para que no nos vaya a picar ese animal.
Relata don Abundio:
-A propósito de contagios recuerdo la vez en que le pegó la rabia al perro del finado Lucio. Nadie salía de su casa, porque el perro andaba suelto. Mi mujer se puso a escribir en una hoja de cuaderno. Le pregunté qué estaba escribiendo. Me contestó: "Hago una lista de los que voy a morder si el perro me muerde a mí. Y tú estás en primer lugar".
Doña Rosa dice con enojo:
-Viejo hablador.
Don Abundio levanta la mano con índice y pulgar formando cruz y se la besa. Jura con expresión solemne:
-Por ésta.
¡Hasta mañana!...