EDITORIAL Sergio Sarmiento Caricatura Editorial Columna editoriales

El pobre criterio

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

Vaya extraño diferendo que surgió esta semana entre el gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, y el presidente municipal de Lerdo, Durango, el contador Homero Martínez Cabrera.

Riquelme ofreció al municipio lerdense obsequiarle 100 pruebas del COVID-19 para que estas se realizaran en la Ciudad Jardín pretendiendo ampliar el muestreo dentro de las acciones que se han tomando en el comité interestatal de Coahuila y Durango conformado con la idea de coordinar esfuerzos en cuanto a la contención de la pandemia en la Comarca Lagunera.

Dentro de las acciones que se están realizando, la campaña "Por una Comarca Saludable", acordada previamente entre los Gobiernos de los dos estados, contemplaba la aplicación de estas cien muestras que fueron rechazadas por el edil.

Por una Comarca Saludable en tanto inició operaciones con módulos instalados en Torreón y Gómez Palacio, no así en Lerdo por la negación del alcalde. El alcance de esta campaña es aplicar hasta 2,000 muestras para tener mayor certeza del nivel de propagación del virus entre la población lagunera, según lo informó el secretario de Salud de Coahuila, el doctor Roberto Bernal.

En resumidas cuentas, el Gobierno de Coahuila ha optado por ampliar el número de exámenes médicos y por ello trata de que a través de una coordinación con autoridades de la Comarca Lagunera de Durango les sea permitido ampliar el número de reactivos aplicados para tratar de tener una mejor visión de lo que en realidad sucede en la sociedad lagunera en cuanto al número de infectados por coronavirus.

En tanto, la respuesta del presidente lerdenses es que desde su perspectiva no tiene caso aplicar las 100 pruebas si las mismas no son reconocidas por el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE), organismo encargado de llevar el conteo oficial a nivel federal en lo referente a esta terrible epidemia.

Es decir, al alcalde no le interesa saber si hay o no enfermos de COVID si no son reconocidos por la estadística, además de que arguye que en el mismo tenor de que las pruebas ofrecidas no tienen el carácter oficial se constituye un riesgo para un posible contagio al hacer acudir a las personas a hacerse las pruebas. Remata en su posicionamiento diciendo que sería redundante que si alguien que se hubiese hecho una de las 100 pruebas que ofrecía Coahuila resultase positivo, tendría que realizar un segundo testeo ahora sí por medio de los canales que indicaría la Secretaría de Salud de Durango para que el diagnóstico tomase el estatus de contagio formal.

El día de hoy en gira por el norte de Coahuila Miguel Riquelme fue entrevistado para conocer su punto de vista de la respuesta de Homero Martínez sobre el tema; el mandatario dijo desconocer a qué se refiere el lerdense sobre la validez de las pruebas, ya que asegura que las que ofreció claro está que son reconocidas por el INDRE, además de señalar que su ofrecimiento era facilitar las pruebas, para que fuesen las propias instituciones de Durango las que las aplicaran y, en todo caso, también ofrecía el laboratorio competente si se necesitaba para obtener el resultado de las pruebas.

"No sé qué mosco le picó", dijo el gobernador sobre el rechazo de Lerdo, aceptando que eso le pasa por andar de metiche, aunque estas pruebas eran parte de una estrategia acordada con el gobernador José Rosas Aispuro, y hasta dijo que quizá hablará con la alcaldesa Marina Vitela para proponerle lo que Martínez Cabrera ha rechazado.

Más allá del incidente, debe preocupar la torpeza del alcalde de Lerdo, que parece que no se informa lo suficiente para darse cuenta de que las recomendaciones mundiales, no así el modelo que decidió el Gobierno de México, son hacer el mayor número de pruebas posibles para tener más datos de los contagios.

Basta comparar el número de muertos con el número de casos positivos para darse cuenta de que algo no cuadra en México, que hasta ayer reportaba que son 81,400 positivos con 9,044 muertos, un índice de fatalidad del 11 %. Perú tiene reportados 141,770 infectados con 4,099 muertos, una tasa de 3 %. Chile tiene 86,943 positivos con 890 fallecidos; solo el 1 % ha fallecido en ese país andino.

¿Quién puede creer que México, con 125 millones de habitantes, tenga menos infectados que Perú y Chile, que tienen 32 y 19 millones de pobladores respectivamente?

El Gobierno federal mexicano sus razones tendrá para manipular las cifras, pero el que un alcalde rechace ayuda en este tema raya en lo inaudito, por no decir que es lamentable por tan pobre criterio.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en: NO HAGAS COSAS BUENAS...

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 1706943

YouTube Facebook Twitter Instagram TikTok

elsiglo.mx