El entonces presidente Luis Echeverría prometió esa misma noche una investigación a fondo y afirmó que se castigaría a los responsables, sin embargo esto nunca ocurrió. (ARCHIVO)
"Algunos de los líderes del movimiento del 68 acababan de salir de la cárcel, no por un acto de justicia sino por la gracia del 'Señor Presidente'. Para mostrar que el impulso de libertad seguía vivo, se convocó a una marcha, la primera desde la matanza de Tlatelolco.
De pronto, cuando la manifestación avanzaba por la Avenida San Cosme, fue atacada por unos misteriosos jóvenes armados con varas de Kendo, que lanzaban piedras sobre los ventanales y aparadores al grito de "¡Viva el Ché Guevara!"
Eran los famosos "Halcones", grupo de choque de supuestos "estudiantes" entrenados especialmente por el gobierno para reprimir estudiantes. Los golpeaban y subían a unas camionetas sin placas, con rumbo desconocido. Varios tanques antimotines apoyaban la operación. Las ráfagas de metralleta tardaron horas en acallarse. Al atardecer, los "Halcones" revisaban los camiones de pasajeros pistola en mano para atrapar a los manifestantes. Por la noche, entraron al Hospital Rubén Leñero para ultimarlos. Nadie supo el número de heridos y muertos. El presidente Echeverría prometió una investigación que nunca se realizó", describió Enrique Krauze en alguna ocasión sobre lo ocurrido un día como hoy, pero del año 1971.
En esa fecha, también conocida como la de "El Halconazo", ese grupo paramilitar reprimió violentamente una manifestación estudiantil en apoyo a estudiantes de Monterrey de la Universidad Autónoma de Nuevo León que veía en peligro su autonomía.
La marcha del 10 de junio de 1971, que concluiría en el Zócalo capitalino e iniciaría en el Casco de Santo Tomás, se topó con los hechos narrados por Krauze.
Tras los acontecimientos, el entonces presidente Luis Echeverría prometió esa misma noche una investigación a fondo y afirmó que se castigaría a los responsables, sin embargo esto nunca ocurrió.
En 2006, Echeverría fue responsabilizado por los hechos, sin embargo, en 2009, fue exonerado por no encontrarse suficientes pruebas en su contra.
