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Metrópoli sin agua (II)

A la ciudadanía

GERARDO JIMÉNEZ GONZÁLEZ

En la anterior colaboración comentamos los problemas de abasto de agua que sufre la población lagunera, particularmente en la zona metropolitana donde se presenta la mayor densidad demográfica, el reto que implica resolverlo para los organismos operadores municipales y para el Gobierno federal. Destacamos que este asunto es un factor decisivo, uno de los grandes retos que enfrentamos los laguneros si se pretende aspirar a un desarrollo metropolitano y regional sostenible.

Quienes como ciudadanos hemos dado seguimiento a la cuestión hídrica en la región, creemos que los laguneros, al fin todos usuarios de agua, antes que todo debemos informarnos para tener una percepción clara sobre las causas que provocan esta situación y las alternativas de solución que se proponen, y con base a ello opinar. Al respecto, en esta ocasión volveremos a centrar nuestro análisis en la opción que están considerando tanto el Gobierno federal como los locales, nos referimos a la planta potabilizadora de aguas superficiales del río Nazas.

Esta propuesta surge, así parece a menos de que oficialmente se diga lo contrario, en la Comisión de Aguas del Estado de Durango (CAED), con el proyecto llamado Agua Futura para La Laguna, promovido por el anterior gobernador de ese estado. La versión ejecutiva que ha circulado sobre esta propuesta indica que Agua Futura consistía en extraer 120 hm3 de agua del río Nazas, volumen que se potabilizaría en una planta ubicada en el municipio de Lerdo, de ahí derivaría a través de un acueducto hacia estanques donde se almacenaría y posteriormente se entregaría a los organismos operadores municipales (SAPAL, SIDEAPA, SIMAS y los otros de los demás municipios), quienes la suministrarían a las viviendas a través de las redes de distribución urbana.

La propuesta formulada desde hace una década, que para entonces ya se presentaban problemas de abasto de agua, contemplaba asegurar el suministro doméstico-urbano hasta 2040. Para ello se pretendía, a la par del volumen potabilizado, continuar extrayendo del Acuífero Principal 76 hm3 para completar 196 hm3 con los volúmenes extraídos del río y el subsuelo; en la versión ejecutiva del proyecto que circuló el año pasado se contemplaba un costo total de la obra de 5, 390.9 mdp.

En aquel entonces se cuestionó sobre cómo se obtendrían los volúmenes de aguas superficiales a potabilizar, ya que la totalidad del agua que se almacena en las presas El Palmito y Las Tórtolas esta concesionada al uso agrícola mediante el otorgamiento de 33,360 derechos de agua a igual número de agricultores integrados en diez y siete asociaciones de usuarios llamadas módulos de riego.

La respuesta fue que se tecnificaría el riego en los predios de los agricultores que aceptaran colaborar, particularmente de los primeros módulos de riego ubicados en los municipios de Rodeo, Nazas y Lerdo, quienes cederían los excedentes obtenidos con el revestimiento de canales y la instalación de equipos de regadío que eficientaran el uso del agua aplicada en los cultivos. También se consideró adquirir derechos de agua con aquellos agricultores que aceptaran cederlos.

Tal parece que la implementación de este proyecto no prosperaría mientras no se dispusieran de esos volúmenes, la propia Comisión Nacional del Agua establecía como condición tal disposición para avalar el proyecto. Finalmente concluyó el período del gobernador que lo promovió y el nuevo en principio no parecía interesado en darle continuidad, aunque después decidió hacerlo, ahora con el apoyo de su vecino de Coahuila, algunos alcaldes y empresarios a los cuales se agregó la CONAGUA, ahora con el nombre de Agua Saludable.

De hecho, aún no existe el proyecto ejecutivo o la versión nueva del mismo, pero si la determinación de implementarlo. En marzo pasado del presente año esta entidad federal ingresó ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público una ficha técnica en la que solicita la asignación de 73 mdp para elaborarlo, justificar su aprobación e iniciar su implementación en 2021, misma que fue aprobada, razón por la cual se acaba de realizar la licitación pública para que alguna empresa, despacho o universidad concurse y se le asigne, cosa que no prosperó porque a criterio de la CONAGUA ninguno de los concursantes cubrió la expectativa para elaborar el proyecto con base a los términos de referencia establecidos en dicha ficha técnica.

La potabilizadora es un proyecto que implica una obra de gran dimensión que requerirá importantes fondos, al parecer principalmente públicos provenientes en su mayoría de la federación, misma que se realizaría no en un año, sino en varios, quizás en lo que falte del presente sexenio. Vale la pena que como ciudadanos veamos, en el contexto actual, los argumentos a favor y en contra, ya que implica otros aspectos que deben considerarse y que abordaremos con mayor detalle la siguiente semana.

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