Nuestro gran trauma, aparte de la conquista, es la colonia. Históricamente como que la hemos desaparecido, intentamos olvidar los trescientos años, que son muchos, en que los españoles poseyeron estas tierras. Hicimos un puente falso del mundo indígena a la independencia. Muchos que han defendido a los españoles, o que, por lo menos, han aceptado la historia como fue, han sido relegados al ostracismo, como Carlos Pereyra; curiosamente, el antes mencionado y Don Artemio del valle Arizpe, son especialistas de ésta época que para decir verdad, no hay mucho escrito. Con negar la historia nada se gana. Mi herrera y mi Arce son apellidos españoles; no tiene nada de malo el tratar de responderme el cómo llegué aquí. Soy orgulloso de ser mexicano y esto es parte de serlo.
¿Dónde podemos empezar? En la historia de los Martín Cortés: los dos hermanastros, que fueron tomados de pretexto para hacer la primera conjura que intentó independizarse de España. Fracasaron. Bibliografía: La conjuración de Martín Cortés, escrita por Juan Suárez de Peralta, UNAM.
De Francisco Fernández de Salazar tenemos información de primera mano de la vida cultural y académica de los primeros años de la colonia. México en 1554. Hay datos sobre la universidad pontificia.
Importante fueron el intento de establecer las primeras utopías del renacimiento como la de Tomás Moro, a través de la obra de Vasco de Quiroga en Michoacán y los hospitales de la Cruz. Información de derecho es un libro escrito por el obispo. No he podido encontrar una buena biografía sobre él. Otro título: Los agustinos, aquellos misioneros hacendados de Diego Basalenque. Sobre la obra del padre Kino en baja california también han escrito los humanistas de finales del siglo XVIII que mencionaré después.
Con lo anterior nos podemos dar una idea de cómo se fue extendiendo la conquista a partir de dos grupos importantes, el conquistador y las misiones.
En México tierra de volcanes, de Joseph H.L. Schlarman existe una lista con la relación de los virreyes. Otros autores que nos pueden servir son el mismo valle Arizpe que ya hemos mencionado y México a través de los siglos.
En cuanto a la vida cultural, en el siglo XVII sobresalen Sor Juana Inés de la Cruz de quien se ha escrito mucho comenzando con Octavio Paz: Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe. Mónica Lavín: Yo, la peor. Fernando Benítez, los demonios del convento. Por supuesto, contamos con las obras completas de sor Juana, en sepan cuantos, que es muy fácil de adquirir.
De Carlos de Sigüenza y Góngora, no he encontrado bibliografía, aunque fue un pensador muy importante en aquel tiempo y un buen amigo de Sor Juana.
Juan Ruis de Alarcón fue un dramaturgo mexicano que se fue a España y participó del siglo de oro. Están publicadas sus obras de teatro. Hay un estudio de Luis Fernández Guerra y Orbe, de ediciones Botas. Al indagar sobre el siglo de oro, su nombre aparece; hay un poema satírico dedicado a su joroba.
De ahí nos podemos dar un salto hasta los humanistas, a quienes ya había mencionado antes. Son los Jesuitas que fueron expulsados del reino español por Carlos III, quien estaba celoso de la preponderancia que habían tomado las escuelas de jesuitas que proclamaban la obediencia directamente del papa. Resquicio de las luchas entre güelfos y gibelinos de la edad media y el renacimiento. (Otra historia para entretenerse en tiempos de pandemia).
De los humanistas cuento con la historia de la antigua o baja California de Francisco Xavier Clavijero y la vida de Fray Junípero Serra de Francisco Palou.
Una novela de reciente aparición es memorias de un basilisco de Gonzalo Lizardo, cuyo tema es la vida del poeta irlandés, Guillén Lombardo, que puso en jaque a la inquisición de la nueva España.
También existe información sobre las rebeliones indígenas como la de los yaquis; pero no tengo esa bibliografía a la mano. (Estaba en lecturas mexicanas).
Buscando, se podrá encontrar más.
