Este don Abundio es muy ladino.
"Tiene más vueltas que una cebolla", dicen de él en el rancho del Potrero.
Él se defiende:
-La gente es muy habladora.
Pero en verdad don Abundio es muy ladino.
Cierto compadre suyo es dueño de una mula que compró hace un mes.
-Es una bestia rara -le dice a don Abundio-. Unos días cojea mucho, y otros no cojea nada. ¿Qué haré con el animal, compadre?
Responde don Abundio:
-Véndala como se la vendieron a usted: en uno de los días que no cojea.
Intento pasar la recomendación del viejo por el tamiz de la moral, pero al parecer no pertenece a dicho campo. Corresponde más bien a esa filosofía parda que se llama el sentido común.
Quizás el parecer de don Abundio no sea muy correcto, pero no cabe duda de que es muy práctico.
Y el ladino viejo dice que en cuestión de mulas -mulas de cualquier especie- lo práctico es lo más práctico.
¡Hasta mañana!...