Pasan los años, cambian las administraciones de gobiernos locales, estatales y hasta nacionales, pero la contaminación en el lecho seco del río Nazas persiste.
Cientos de litros de aguas putrefactas siguen vertiéndose sin filtro y a cielo abierto, generando afectaciones entre la fauna y la flora de la zona, además de daños que ni siquiera han sido calculados en el subsuelo y el aire.
Aguas residuales
La i realizó esta semana un recorrido por el lecho del río Nazas hasta las cercanías del desarrollo inmobiliario Altozano Laguna, lugar en el que se aprecia un cauce de agua oscura, espumosa y maloliente caer desde tuberías de todo tipo, algunas con flujo constante y otras en las que por horarios se registra el desecho del material.
Ningún letrero, ninguna advertencia, se encuentran en los alrededores para ilustrar lo que ocurre, una contaminación casi permanente del medio ambiente de la zona urbana de los municipios de Gómez Palacio y Torreón. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha "prohibido" o limitado en el pasado dicha situación, pero con el paso de los años, con el tiempo, se vuelve a las mismas prácticas.
De la situación se ha responsabilizado a diversas partes, gobiernos municipales, organismos operadores de agua potable y saneamiento, empresas particulares y hasta a la propia administración de la planta tratadora de aguas residuales en Gómez Palacio.
Cabe señalar que está por iniciar el proyecto ejecutivo para dar paso a "Agua Saludable para La Laguna", mismo que conducirá agua potable desde las presas de la cuenca alta hasta las zonas urbanas de la región.
Organismos ciudadanos y otros especialistas han solicitado que una parte del cauce se derive sobre el lecho seco del río Nazas, situación que deberá ser determinada finalmente por el mismo proyecto ejecutivo, no sin antes haber solucionado problemáticas como la contaminación de agua sucia en el área urbana, ya sea de parte del Sideapa (Sistema Descentralizado de Agua Potable y Alcantarillado) o de empresas particulares.
Inspección
Durante los meses de julio y agosto pasados, la propia Conagua llevó a cabo una inspección de campo donde se ubica la concentración de aguas sucias
