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'Me tocó ser médico de una pandemia'

Por su labor en esta contingencia sanitaria, el médico neumólogo Aldo Radamés Garza Sánchez, del Hospital Militar Regional en Torreón, recibió la más alta condecoración que otorga el Estado mexicano

ANGÉLICA SANDOVAL

Han pasado más de 180 días desde que inició la pandemia por COVID-19 y a lo largo de este tiempo la humanidad ha recogido un sinfín de testimonios de médicos, enfermeras, enfermeros y otros profesionales de la salud que han arriesgado su vida por salvar la de millones de personas con cuadros críticos de salud que se desencadenaron después de que se contagiaron del virus SARS-CoV-2.

Una coincidencia entre el personal de salud y la sociedad civil es que nadie tenía en sus planes una contingencia sanitaria de esta magnitud, que en poco tiempo se extendió rápidamente a nivel global y que al menos en México ha dejado más de 720 mil contagios y 75 mil 800 defunciones. La circulación de esta enfermedad en todo el mundo motivó a los gobiernos a reconvertir unidades hospitalarias públicas y privadas para la atención al COVID-19. Rápidamente se reorganizó la infraestructura, equipo médico y personal de salud para comenzar a recibir a los enfermos críticos.

Ante un escenario sanitario complejo, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a través del Plan-DN-III-E hizo su papel y activó hospitales militares en todo el país para atender a los pacientes con coronavirus. En Torreón, se habilitó el Hospital Militar Regional.

En marzo de este año, Aldo Radamés Garza Sánchez llegó a la Comarca Lagunera para prestar sus servicios a dicha unidad de salud del Ejército Mexicano, institución a la que ingresó en 2001, en la Escuela Médico Militar. Es médico neumólogo, con especialización en enfermedades respiratorias y originario de Matamoros, Tamaulipas, aunque en poco tiempo ya se considera lagunero por adopción. "Me siento en casa. La gente de La Laguna es muy sincera, muy respetuosa y con mucha fe, es un lugar hermoso para vivir", dice el doctor, de trato afable.

NUEVO CORONAVIRUS

A principios de abril, cuando la pandemia alertó a Coahuila, Aldo comenzó a atender a los primeros pacientes afectados por el nuevo coronavirus en unidades propias de la actividad castrense. Recuerda que primero llegaron enfermos con diagnóstico sospechoso de la COVID-19 y días después se confirmó el primer caso positivo. Se trató de un paciente que ingresó con neumonía atípica que después se corroboró con la prueba del hisopado nasofaríngeo. El resultado fue neumonía por SARS-CoV-2. "Y pues de ahí empezó el repunte de casos, empezamos primero con 5, después 10, después 40, casi 40 pacientes en el área de hospitalización, pacientes con neumonía, pacientes con COVID leve, pacientes críticos que requirieron ventilación mecánica, maniobras avanzadas de ventilación mecánica como es la pronación, poner a un paciente boca abajo, sedarlo, bloquearlo y esa era la finalidad de esos tratamientos para tratar que los pacientes sobrevivieran", explicó.

Desde entonces y a más de medio año de combate contra la COVID-19, una cualidad fundamental para este médico ha sido la empatía y la calidad humana pues la enfermedad no solo afecta al paciente sino a su entorno familiar.

"No tengo miedo a atender los pacientes porque realmente yo creo que el área más segura es la de COVID porque uno está con todo el equipo de protección personal, ya estando allá adentro está uno protegido. Estuve en un estado anímico hace un mes o mes y medio de mucho cansancio, de mucha fatiga, quería que esto acabara. Gracias a Dios ahorita la tendencia es que ya hay menos casos, nuestro hospital estamos al 50 por ciento de los pacientes que llegamos a tener en mayo, junio, julio. Estoy con esperanza de que esto ya está por terminar pero no hay que bajar la guardia". Como militar, tiene un compromiso de estar pendiente de su labor las 24 horas del día, los siete días de la semana.

EN GUARDIA CONSTANTE

En esta contingencia sanitaria, hace equipo con el cardiólogo Valentín Montes Bautista y hay ocasiones en las que han tenido que acudir al hospital, de noche o de madrugada, para atender a un paciente, siempre con una vocación infinita y optimismo.

"Todos los pacientes me han dejado una experiencia, uno llega a encariñarse y a tenerles cariño a los familiares también. Uno va viendo cómo un paciente de estar muy grave va progresando hacia la mejoría y se recupera. Hay otros pacientes que desafortunadamente no pudimos recuperarlos y sí se siente uno triste y en el desánimo cuando el paciente fallece porque siente uno que es un fracaso de que no se le pudo salvar la vida", contó el doctor.

El médico Aldo dice que una de las cosas más importantes que ha hecho el personal de salud en este hospital es mantener comunicación constante con las familias de los enfermos, en la medida de lo posible, y dependiendo del estado de salud del paciente, permitir una llamada vía telefónica que ayude a preservar la salud emocional.

RECONOCIMIENTO NACIONAL

En más de seis meses, el personal del sector salud ha luchado incansablemente contra la pandemia del COVID-19, sin importar las amplias jornadas de trabajo, el desgaste físico y mental, los estragos que deja en el rostro el uso constante de las mascarillas e incluso las agresiones y/o discriminaciones que han recibido por brindar atención a pacientes con coronavirus.

El pasado 16 de septiembre, durante la conmemoración del 210 aniversario de la Independencia de México, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, reconoció de forma presencial la labor del personal médico y de enfermería que ha colaborado en la atención clínica de pacientes con COVID-19 dentro de los hospitales designados para este fin.

Uno de los 58 galardonados de 9 mil postulaciones que se recibieron a nivel nacional fue el doctor Aldo Radamés Garza Sánchez que viajó a la Ciudad de México para recibir en la Plaza de la Constitución la Condecoración Miguel Hidalgo en su Grado Collar, la más alta presea que otorga el Estado mexicano a sus nacionales para premiar méritos eminentes y relevantes servicios prestados a la Patria en la atención de la emergencia sanitaria por COVID-19. El médico fue postulado por personas que se recuperaron del virus SARS-CoV-2 atendidas en el Hospital Militar Regional de Torreón y por sus propios compañeros de trabajo.

"Es un gran honor, es una satisfacción muy grande porque de manera sincera se lo digo, cuando uno atiende a los pacientes sabe que es un ser humano que tiene necesidades, que siente, que tiene familia, que tiene esposa, que tiene hijos, eso lo entiendo perfectamente y seguramente eso impactó en esos pacientes, primero mis compañeros y luego los pacientes me postularon y después hicieron la votación", expresó.

Aldo platica que había escuchado la convocatoria Condecoración Miguel Hidalgo y que "siempre hace uno bromas por los premios pero uno ni siquiera se imagina que pueda ser seleccionado entre tantos, miles de mexicanos que son dignos de distinguirse con esta condecoración y sí, pues me hablaron y me dijeron que había sido condecorado y pues con mucha alegría. Me habló mi coronel director de hospital, que tenía que desplazarme a México, porque fui seleccionado…Mi coronel es un líder que siempre ha visto que todos, absolutamente todos, tengan todo el equipo de protección personal, que los pacientes tengan medicamentos, él fue el promotor para que yo fuera postulado junto con otros dos compañeros, enfermera y médico, él también tiene un mérito, las felicitaciones para él y para todos mis compañeros".

Esta distinción en materia de salud es la primera que recibe Aldo Radamés en toda su trayectoria. "Todos los médicos que hemos atendido a pacientes con COVID, las enfermeras, enfermeros, camilleros, personal de limpieza, mantenimiento, todos hacen una labor digna, también merecen un reconocimiento, sin duda, invariablemente. Médico siempre he querido ser, desde que era un niño, me tomó por sorpresa la pandemia, me tocó ser médico de una pandemia y realmente poner en práctica todos los conocimientos y seguirme actualizando porque esta es una enfermedad nueva, hay cosas nuevas, tratamientos nuevos, tiene que uno que estar investigando, qué es lo que hay para un paciente, qué es lo más que podemos hacer por un paciente, cómo lo podemos beneficiar, cómo podemos hacer que se salve ese paciente".

El doctor dice que su misión es continuar con su preparación para seguir apoyando desde su trinchera a los pacientes con COVID-19. "Yo nunca me he sentido indigno de nada, todo es gracia y regalo de Dios pero también es injusto ¿no?, ¿Por qué 58 (reconocimientos)?, somos miles de médicos, miles de compañeros que hacen lo mismo que yo, les digo que no pasa desapercibido nada de lo que hagan de todo corazón, todo lo que hagan ellos seguramente va a tener una recompensa".

El mensaje a la sociedad es: "que no pierdan la esperanza, que ya esto está por terminar, que no bajen la guardia, que no se relajen, que tomen las medidas que están diciendo las autoridades sanitarias, tienen toda la razón, todo lo que dicen es cierto, hay que utilizar el cubrebocas, la careta, lavarse las manos, la sana distancia, evitar los lugares donde hay mucha gente, ya vamos de salida pero hay que seguir redoblando esfuerzos".

Para cumplir con su papel, facilitando la estadía a los pacientes y salvándoles la vida, Aldo Radamés Garza Sánchez ha encontrado la fortaleza espiritual y se ha sostenido del apoyo de su familia, especialmente de su esposa y sus tres hijas de 12, 6 y 1 año y medio. Dijo que es muy feliz sobre todo porque siente las expresiones de amor de sus pequeñas. Incluso, en su memoria guarda el momento en el que recibió la condecoración y su primogénita expresó "Lo esperaba de mi papá, porque es el mejor".

58

GALARDONES

fueron entregados por el presidente López Obrador a personal médico y de enfermería por su lucha contra el COVID-19.

Aunque es originario de Matamoros, Tamaulipas, el médico Aldo Radamés Garza Sánchez se considera lagunero por adopción. (VERÓNICA RIVERA)

Aunque es originario de Matamoros, Tamaulipas, el médico Aldo Radamés Garza Sánchez se considera lagunero por adopción. (VERÓNICA RIVERA)

Garza (izquierda) recibió en la Plaza de la Constitución en Ciudad de México la Condecoración Miguel Hidalgo. (CORTESÍA)
Garza (izquierda) recibió en la Plaza de la Constitución en Ciudad de México la Condecoración Miguel Hidalgo. (CORTESÍA)

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Aunque es originario de Matamoros, Tamaulipas, el médico Aldo Radamés Garza Sánchez se considera lagunero por adopción. (VERÓNICA RIVERA)

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