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Agenda para una Comarca Lagunera sostenible

ÉDGAR SALINAS URIBE

A propósito de los cinco años de haber lanzado los Objetivos del Desarrollo Sostenible, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), principal organismo de la ONU para acordar e impulsar un futuro próspero y sostenible, ha señalado que, en el presente, "no está trabajando para "volver a la normalidad" (porque) nuestra normalidad no estaba funcionando."

No es para menos, la pandemia por COVID-19 ha evidenciado, sin atajos, las disparidades entre países y al interior de ellos en acceso a cobertura hospitalaria, medicamentos, personal de salud, tecnología, internet, plataformas digitales de educación, ingreso básico de las personas e incentivos al sector productivo, empleo digno y coberturas por desempleo, igualdad, poder y roles entre mujeres y hombres, y ni qué decir de las capacidades de desarrollo científico.

Es cierto, también hay noticias positivas y avances en cada uno de los temas mencionados; sin embargo, la línea base de los desafíos era tan baja cuando se establecieron objetivos para mejorar todos esos indicadores que las metas implicaban grandes inversiones, transformaciones institucionales y de modo de hacer las cosas lo que, en los hechos, ha imposibilitado una ejecución ágil, comprometida y con los recursos requeridos.

Pero me detengo en la frase "nuestra normalidad no estaba funcionando" externada por el PNUD. Esta afirmación que a nivel global no tiene ninguna letra de exceso conviene utilizarla como reto para cuestionar las normalidades locales: En la Comarca Lagunera, ¿estaba funcionando nuestra normalidad? Considerando la irrupción de la pandemia, ¿estamos trabajando para regresar a esa normalidad o a una distinta? La respuesta inicial, al menos como hipótesis, sería no a ambas cuestiones: ni estaba funcionando ni se está trabajando para llegar a una normalidad distinta.

Afirmar que algo no está funcionando implica tener claro cuáles son los puntos de evaluación. Para este caso un parámetro adecuado lo ofrece el conjunto de indicadores que desglosan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Cabe recordar que de los diecisiete objetivos se desprenden varias metas y decenas de indicadores cuya medición de avance tiene como horizonte de cumplimiento el año 2030. Entre otros indicadores, están la reducción de la pobreza, disminución de riesgo por desastres, mejora en la alimentación y nutrición, acceso a la salud, sostenibilidad de la producción agrícola, acceso igualitario a la educación de calidad en todos sus grados, igualdad y no discriminación por sexo y decenas de indicadores más. Si se toma como referencia el año 2015, año de línea base, difícilmente se puede afirmar que en la Comarca Lagunera estamos avanzando en la dirección y proporción necesaria para el cumplimiento de las metas de los ODS. No habría elementos para argumentar que nuestra normalidad estaba funcionando.

Sin que sirva de consuelo, pero sí de contexto, los avances informados a la fecha por el PNUD son magros a nivel global. Esta situación y las lecciones que está dejando la pandemia es el motivo por el cual el PNUD afirma estar trabajando para arribar a otra normalidad, una que sí funcione en término de sostenibilidad, prosperidad y paz para el planeta. Claramente no es la normalidad preCOVID-19. La hoja de ruta sobre la que afianzan su enfoque está constituida precisamente por los Objetivos de Desarrollo Sostenible cuyas metas no cambian, pero la exigencia en los esfuerzos, recursos, compromisos de gobiernos, empresas y población en general sí deben modificar su velocidad, acciones y, por ende, avance en los resultados.

Es importante para las definiciones del futuro de la Comarca visualizar la siguiente década con la orientación que ofrecen los Objetivos del Desarrollo Sostenible, sus acciones, metas e indicadores. No se trata de inventar el hilo negro, sino de auxiliarse de instrumentos consensados y ante los cuales nuestro país tiene un compromiso internacional de cumplimiento.

He planteado que esta perspectiva la integre el IMPLAN Torreón en sus metodologías y proyectos, pues los ODS son, al final del día, una agenda práctica para conformar un escenario más sostenible y próspero para las personas tanto a nivel global como en el plano local.

@EdgarSalinasU

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Escrito en: editorial Edgar Salinas Uribe

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