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Juicio no juicio

Diálogo

YAMIL DARWICH

Ahora nos entretienen con un nuevo espectáculo transmitido por los medios tradicionales, incluidos los digitales, definida como "bendita Internet".

Se trata del "juicio no juicio" contra los expresidentes mexicanos, que suple en horas de atención al sonado y gustado melodrama conocido como "la rifa no rifa del avión presidencial", que representa el derroche de 8 mmp, que pudieron ir, directamente, a atender las necesidades de salud nacional, pero sin aportar el necesitado distractor y morboso entretenimiento para las masas.

En un "Diálogo" anterior tratamos la hipótesis que analiza los medios para convencer a las personas que se sienten agraviadas y que adopten posturas personales, sociales, sumarse a partidos políticos, movimientos populares y/o paramilitares, caso de los terroristas y que puede aplicarse a la mercadotecnia política mexicana.

LE RECUERDO:

En el 2005, Fathali Moghaddam, profesor de psicología de la Universidad de Georgetown, presentó su modelo teórico: "The staircase to terrorism" -La escalera al terrorismo-, denunciando la manipulación subliminal, comparándola con el ascenso a cuatro pisos, propuesta referida al terrorismo pero aplicable en cualquier propósito de manipulación de grupos o personas.

En el primer piso, los agraviados buscan revertir su mala situación y rebelarse contra el trato injusto que piensan han recibido; en el segundo, la sensación de injusticia provoca mayor descontento, orientandolos al radicalismo; en el tercero, la violencia es considerada como herramienta útil para alcanzar los fines; por último, tales resentidos, reciben adoctrinamiento que les refuerza el deseo de adherirse. Finalmente, participan decididamente.

La obnubilación de la consciencia llega a tal nivel que, adoctrinados por violentos, éstos logran que el sujeto acepte inmolarse para favorecer el movimiento.

La petición de enjuiciar el desempeño indecoroso y bochornoso, plagado de actos corruptos de los expresidentes Calderón -villano estrella-, Peña Nieto -en sospechoso silencio-, Zedillo -con su estoico distanciamiento-, Fox -el de las declaraciones chachalacas- y Salinas -repetido ejemplo de corrupción- es, sin duda, asunto de interés nacional, al que le pueden sacar grandes dividendos en términos de entretenimiento, distracción y/o diversión del ciudadano, dejando de dimensionar los graves problemas nacionales.

Desde luego que todos nos sentimos profundamente agraviados por los abusos de poder de los antecesores de López y estamos condicionados por nuestro subconsciente a exigir sean quemados en "leña verde", realidad que ha sido aprovechada inteligente y profesionalmente por los asesores en tácticas políticas y comunicación de nuestro presidente.

Sin duda, la trama fue entretejida en una telaraña de principios político-mercadotécnicos que deben dar frutos en cualquiera de los casos.

REVISEMOS ESCENARIOS:

Primer escenario, confusamente aceptado por la Suprema Corte de Justicia: procede el enjuiciamiento por petición popular, renunciando a la aplicación de nuestras leyes y aceptando el linchamiento ofrecido al pueblo. En el caso, el ganador es aquel que prometió acabar con la corrupción, aunque esta continúa desbocada, beneficiándose sin importar cual sea el veredicto final.

Curiosamente, en esta opción se abren dos variantes:

Variante a: Se les dicta sentencia de inocencia y, para el caso, el prometedor de justicia social queda libre de toda responsabilidad y acusación de complicidad porque "cumplió su promesa" y el Poder legislativo no llenó las expectativas del pueblo.

Variante b: Los confusamente señalados son sentenciados y el promotor del enjuiciamiento se reviste de gloria.

Segundo: No procede la propuesta, pero sí el linchamiento mediático; consecuentemente no se enjuicia a los ahora indefinidos corruptos neoliberales. Se recupera algo de aceptación popular, independientemente del veredicto que dicten los responsables del poder legislativo.

Tercero: ante cualquier desenlace, el promotor del juicio queda libre de culpas ante las dos vertientes:

Vertiente a: Ante el pueblo, al que le prometió justicia.

Vertiente b: Con los acusados, siendo penalizados por otro poder diferente al ejecutivo.

Cuarto: en cualquier caso, -culpables o inocentes- quedan antecedentes y expedientes que permiten reactivar el caso de los inculpados, así que ellos deberán considerar su estado de vulnerabilidad al que quedarían expuestos. ¡Brillante!

En los principios de negociación existe la regla de "ganar, ganar", en donde las partes reciben beneficios aceptando conceder ganancias a los oponentes. En el caso, la norma aplica, aunque solamente hay un ganador, quién lo hará por doble partida.

Ya algunos ministros de la Suprema Corte de Justicia y sobresalientes constitucionalistas comentaron su postura en referencia al caso y el peligro que representa anteponer la voluntad popular -verdadera o no- a lo dispuesto por nuestras leyes, antecedente importante para cambiar el rumbo de nuestro sentido en aplicación de criterios entre lo justo o injusto. El ministro Javier Laynez Potisek, fue contundente: "La justicia no se consulta".

Tan sencillo y nada oneroso que sería aplicar la ley interponiendo denuncia ante el ministerio público y que éste actúe conforme a derecho… pero así no habría el beneficio del linchamiento mediático.

En tanto, nos mantienen enojados y entretenidos. ¿No le parece una estrategia sesudamente maquiavélica?

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