El gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, votó en el municipio de Torreón.
El gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís, admitió que el proceso electoral que se vivió ayer domingo en la entidad tuvo condiciones "inéditas", mismas que dejarán un aprendizaje para próximos meses y para el resto de los estados en los que habrá elecciones en 2021.
El mandatario afirmó que se tuvieron que desplegar acciones especiales en el tema de seguridad y la prevención del contagio del COVID-19, lecciones que servirán para afinar estrategias en nuevos comicios.
"Bueno, la verdad es de que dentro de un proceso electoral como se vive en Coahuila y Durango, creo que el tema más importante hacia la ciudadanía es guardar las normas sanitarias y acostumbrarnos a este tipo de vida que finalmente hasta que no esté la vacuna podemos tener completa normalidad en todas nuestras actividades. Coahuila e Hidalgo viven un proceso inédito, en condiciones de contingencia sanitaria, hicimos las autoridades todo lo que está a nuestro alcance para generar las condiciones para que la gente pueda acudir a votar y elegir libremente a los 16 diputados de los distritos electorales de todo el estado", indicó Riquelme Solís.
Cuestionado sobre los retos en materia legislativa que tendrán los nuevos representantes en el Congreso Estatal, el gobernador de Coahuila señaló que existe una lista conformada con "mucho pendientes". Adelantó que en su momento habrá de realizar las gestiones necesarias para dialogar con el poder legislativo local, de manera que se pueda definir una "agenda legislativa" como tal, recordó que tocará a los nuevos diputados electos proponer nuevas políticas públicas en los próximos tres años, a partir del 1 de enero de 2021.
"Hay mucho temas pendientes, yo no quisiera ya poner sobre la mesa ahorita, ni en la agenda ese asunto", señaló el gobernador, quien desde meses atrás ha dejado en claro la necesidad de generar un presupuesto público acorde a las necesidades de la entidad el próximo año, tomando en cuenta el impacto de la desaparición de fideicomisos y la baja en participaciones de parte del Gobierno federal, aunado a la falta de proyectos de inversión pública-privada que se ha adelantado desde la Secretaría de Hacienda en últimas semanas.
