Ayelín desapareció el 15 de octubre y ese mismo día interpusieron la denuncia; tres días después la Fiscalía activó la Alerta Amber.
Entre gritos de justicia y el reclamo para castigar a los asesinos, familiares y amigos de Ayelín Iczae acudieron ayer al sepelio de la niña de 13 años que fue asesinada y mutilada en Tixtla, Guerrero.
Es medio día y el calor hace sudar a la gente que observa cómo sacan en andas el ataúd blanco donde van los restos de Ayelín, que fueron velados en la que fuera su casa en la colonia La Candelaria.
Flora, la mamá de la menor, tiene agarrada de la mano a una de sus hijas y llora; la blusa negra que viste se ve húmeda por sus lágrimas.
La despedida empezó por la mañana con una misa que se celebró en la vivienda de la estudiante de segundo año de secundaria, cuyo ataúd llegó cerca de la medianoche del lunes, apenas unos horas después de que fueron localizados los restos en una barranca.
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A unas horas de que familiares de la niña la localizaron muerta y mutilada, la Fiscalía estatal emitió un comunicado de un párrafo para decir que prioriza la investigación para dar con los responsables, mientras que la necropsia determinó que la causa de la muerte fue un traumatismo craneoncefálico severo.
Ayelín desapareció el 15 de octubre y ese mismo día sus familiares interpusieron la denuncia en la Agencia del Ministerio Público, pero la Fiscalía emitió hasta el domingo la alerta Amber para su búsqueda.
"Nunca la buscaron, ni siquiera muerta", dijo enojado un familiar que acompaña el cortejo fúnebre que avanza por uno de los tramos de la carretera federal.
Adelante del ataúd blanco caminan varias mujeres del grupo Feminismo en Tixtla, quienes despliegan pancartas de diversos colores para exigir justicia.
Los dolientes salen de la vía federal y doblan hacia la derecha en dirección a la colonia La Villita, donde hay dos panteones, uno que ya está saturado de fosas y otro que apenas hace unos meses fue abierto.
"Justicia", "detengan a los asesinos", "justicia" corean varias mujeres en el cortejo fúnebre antes de llegar al panteón Tepeyac, donde los familiares de la niña cavaron la fosa desde temprano para sepultarla.
La gente de Tixtla y normalistas de Ayotzinapa, quienes preparan nuevas movilizaciones para exigir justicia, reclamaron que la Fiscalía estatal no haya dado información de los avances de la investigación.
Extraoficialmente se informó que ya hay un hombre detenido y que una mujer, quien pertenece a las filas de la Policía Municipal de Tixtla, está sujeta a investigación por la desaparición y homicidio de Ayelín.
