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10 gobernadores

SERGIO AGUAYO

A Josefina Vázquez, Colmeca homenajeada.

Fuertes posibilidades de tormenta política. Diez gobernadores confrontan al presidente por los recortes al presupuesto. El choque tendrá efectos múltiples.

El presidente está absolutamente convencido de su propuesta de nación y de sus proyectos y métodos (mencionados más adelante). Por eso, y por la crisis, está haciendo recortes por doquier. En su presupuesto para el 2021 protege sus prioridades, pero le mocha 183 mmp a las transferencias a los estados y a los municipios.

Diez gobernadores se inconformaron con el recorte y formaron la Alianza Federalista. El de Jalisco, Enrique Alfaro, explicó, en una sesión del Seminario sobre Violencia y Paz de El Colegio de México, sus razonamientos y propuestas: 1) recibir en el 2021 lo mismo que este año, 2) renovar el pacto fiscal, porque el actual es inequitativo y centralista y 3) dialogar con el presidente como preámbulo a una convención nacional hacendaria. En varias ocasiones subrayó que "nadie" quiere romper el "pacto federal".

El presidente se niega a recibirlos porque ya "los está atendiendo el secretario de Hacienda", porque están haciendo "politiquería" y aprovechándose de la institución presidencial ("hay que cuidar la investidura", remacha) y porque le "han faltado al respeto". Les recomendó consultar a sus gobernados.

Las excusas del presidente son de una gran pobreza intelectual. No desea quitar recursos a sus prioridades -Tren Maya, Dos Bocas y Aeropuerto Felipe Ángeles- ni afectar el monto de los recursos entregados a las mayorías desprotegidas.

Las rayas están pintadas y los retos lanzados. En las condiciones actuales, el conflicto es inevitable, porque el presidente tiene los votos en la Cámara de Diputados para aprobar su presupuesto de egresos para el 2021 y porque los gobernadores se han comprometido públicamente a defender los ingresos de sus entidades.

¿Cuál es la fuerza de la Alianza Federalista? Estamos ante dos bloques regionales. Hay cinco entidades norteñas (Chihuahua, Coahuila, Durango, Nuevo León y Tamaulipas) y cinco del centro (Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán). Tienen 37 millones de habitantes y producen el 34.9 por ciento del PIB nacional. Las dos entidades con más peso son Jalisco y Nuevo León.

El PAN tiene cinco gubernaturas, el PRI dos y una el PRD, Movimiento Ciudadano y el independiente. La fuerza de Morena en estos estados tiende a ser baja; sólo cuenta con mayoría en tres congresos locales (Colima, Durango y Michoacán).

El forcejeo es una partida con múltiples ajedreces. La semana pasada, tres gobernadores se reunieron con los diputados para entregar su propuesta de modificaciones al presupuesto. Este lunes, los diez gobernadores exhortaron a los diputados a pensar en el bien general. Fueron formalidades, protagonistas y observadores sabemos que en San Lázaro Morena y sus aliados hacen lo que diga el presidente. Y el presidente no anda con ánimo negociador. Se inclina por imponer su voluntad.

Los gobernadores tienen a su favor la enorme solidez de su relato. Existen suficientes inequidades atribuibles al centralismo y, si estamos en el momento de las transformaciones, se justifica revisar la manera como se distribuyen los impuestos recaudados por la federación. Jalisco, dice su gobernador, aporta el 7.1 por ciento del PIB, pero recibe solamente el 1.6 del presupuesto federal. Un relato basado en las desigualdades impactará en las consultas que harán a sus poblaciones, preámbulo de las elecciones del próximo año: los diez estados concentran el 31 por ciento del padrón electoral (28.5 millones de electores).

El gobierno de la 4T los minimiza, ignora o descalifica. Intentará dividirlos y aislarlos para impedir que se sumen otros gobernadores. También harán lo posible para que el federalismo no entre a la agenda electoral o, peor todavía, que prospere la idea de romper el pacto fiscal y que varios estados decidan cobrar, por sí mismos, los impuestos ahora recaudados por la federación.

En los próximos días los diputados aprobarán el presupuesto de egresos. Lo más probable es que obedezcan la línea presidencial. Entonces, sabremos la consistencia de la Alianza Federalista y empezará la disputa por una pieza clave de la arquitectura institucional. Hay barruntos de tempestad.

@sergioaguayo

Colaboró: Anuar Israel Ortega Galindo

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Escrito en: Editorial Sergio Aguayo

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