Según la Organización Mundial de la Salud, dicha enfermedad, aunada a factores como el consumo del tabaco, puede aumentar las probabilidades de sufrir un infarto. (ARCHIVO)
Según la Organización Mundial de la Salud, dicha enfermedad, aunada a factores como el consumo del tabaco, puede aumentar las probabilidades de sufrir un infarto.
Para mejorar tu estado de salud bajo este padecimiento, te contamos sobre los mejores hábitos que puedes adoptar.
Cambia tu dieta
Reduce tu ingesta de sal a menos de 5 gramos diarios, al igual que las grasas, en especial las saturadas. Eleva tu consumo de frutas y verduras a cinco raciones al día, además de incluir aquellas con alto contenido en potasio.
Controlar la cintura
Además de perder peso en grasa, se debe controlar el diámetro de la cintura. Los hombres corren riesgo si la medida es superior a 102 centímetros (40 pulgadas); y en el caso de las mujeres, si es superior a los 89 centímetros (35 pulgadas). Las cifras pueden variar según el grupo étnico, por lo que se recomienda consultar al médico.
Haz compras inteligentes
Lee las etiquetas de los alimentos cuando compres, asegúrate de que cumplan con tu plan alimenticio, incluso si asisten a restaurantes.
Una herramienta que ayuda a crear mejores hábitos son los diarios de alimentación, donde puedes escribir, por lo menos durante una semana, todo lo que comes, lo que puede darte información sobre tus hábitos que te sorprenderán. Controlando lo que comes, cuándo y por qué.
Evite el uso de alcohol y dejar el tabaco
Si decide ingerir bebidas alcohólicas, limite su ingesta a no más de una bebida estándar al día, ya que puede reducir la eficacia de su medicamento.
Dejar de fumar puede reducir el riesgo de una enfermedad cardíaca, además de mejorar su salud en general. También debe evitar la exposición a los productos del tabaco y a ser fumador pasivo.
Actividad física y entrenamiento de fuerza
Realiza ejercicio de forma regular por lo menos 30 minutos cinco días a la semana. Puedes comenzar caminando, para luego trotar y correr; el deporte más completo y que aporta una gran cantidad de beneficios es la natación.
El entrenamiento de fuerza puede ayudar a reducir la presión. Puedes probar con entrenamiento de alta intensidad por intervalos cortos.
Gestione el estrés saludablemente
Yoga, meditación, ejercicio adecuado y mantener relaciones sociales positivas, son de las mejores formas de gestionar tu estrés saludablemente. El estrés crónico puede contribuir a una presión arterial elevada.
Es importante mencionar que cualquiera de estos cambios requieren constancia y dedicación. Si los abandona, la presión puede volver a subir. Mantenga sus hábitos y mejore su salud junto a su médico.