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Creyentes, indiferentes, ateos y sin religión

ELIO MASFERRER KAN

A fines de 2019, el Programa Sociedad, Cultura y Religión del Centro de Estudios e Investigaciones Laborales de Argentina presentó su segunda encuesta sobre Creencias religiosas en Argentina y llegó con la novedad de que los católicos habían disminuido y estaban en el 62.9%; sin religión 18.9% y evangélicos 15.3%, estos dos últimos en crecimiento. Los sin religión estaban divididos entre ateos (6.0%), ninguna (9.7%) y agnóstico (3.2%).

Datos recientes del censo de población del Instituto Nacional de Geografía y Estadística de México, prácticamente duplicaba el número de no creyentes llevándolo al 8.1%.

En las encuestas de 2018 con motivo de las elecciones federales en México el número de no creyentes subía a más del 11% de los entrevistados.

El Pew Research Center (PRC), la encuestadora más prestigiada de los Estados Unidos, ha encontrado un crecimiento sostenido de la increencia en ese país; en 2008 el 15% de los estadounidenses se identificaban como no afiliados a una religión, mientras que en el 2020 los no afiliados ascendían al 28% de los votantes. Prácticamente se duplicó la cifra en 12 años.

En términos estrictos los que se proclaman ateos y agnósticos tienen mejores conocimientos sobre las religiones, tanto cristianas como no cristianas, que los creyentes. Con lo que podemos concluir que los no creyentes toman sus decisiones sobre la base de un proceso consciente de análisis del "mercado religioso" o por desilusión de alguna propuesta religiosa y la incapacidad de las otras de llenar el "vacío existencial".

Existe entonces un proceso en la sociedad mexicana y de otros países de América Latina y Estados Unidos de abandono sostenido de las creencias religiosas en la población, siendo un proceso de abandono de las prácticas religiosas más notable. Un dato relevante es que las estadísticas del Vaticano nos indican un fuerte descenso de los casamientos católicos en México y América Latina.

Hace más de un siglo, Friedrich Nietzsche proclamaba: "Dios ha muerto". La presunta muerte de Dios privaría a la humanidad "del sentido y de sus valores". En la actualidad lo que ha entrado en crisis son las iglesias y sus sacerdotes y pastores cuya credibilidad ha disminuido. Los seres humanos están buscando construir nuevos esquemas de sentido y valores ante la crisis estructural de las sociedades en que vivimos. Muy probablemente los ateos, agnósticos, estén buscando nuevas perspectivas en la construcción de sistemas de valores y construcción del sentido de la vida y la sociedad, compartiendo estos esfuerzos con las tendencias de los mundos religiosos.

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Escrito en: editorial ELIO MASFERRER KAN

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