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LA COLUMNA DEL PERRO

¡Pero querías ser médico!

Cada vez que alguna enfermedad, o algún procedimiento, se sale de control o no evoluciona de la manera que debería ser, uno como médico, empieza a sentir en mayor o menor grado ese sentimiento de desánimo que se llama frustración. Aun así tenemos que sobreponernos a ellodía a día, tratando de superarlo con el mayor y mejor de los esfuerzos de que se es capaz.

Aunque esto por fortuna no ocurre muy a menudo, yo lo tomo como natural, pues nuestra profesión no es sólo un trabajo, sino una forma de vida, en la cual se lidia con ambos extremos de la existencia como son los nacimientos y las muertes.

Me siento muy orgulloso de lo que soy, y estoy seguro que todas las personas, que se dedican a cualquiera de las ramas de la medicina se sienten también sumamente orgullosos.

En la vida podrás tal vez nunca necesitar de los servicios de un arquitecto por ejemplo, o de un paleontólogo, o de algún ingeniero y si tienes mucha suerte podrástambién no necesitar de algún licenciado, y aunque estas anteriores profesiones así como las muchas que me faltaron de mencionar, y que son sumamente importantes en nuestra sociedad, podrás con suerte prescindir de ellas durante toda tu vida.

Pero por humilde o muy encumbrado que puedas ser, por muy joven o viejo que seas con mucho, poco o nada de poder que puedas llegar a tener, habrá muchas etapas en tu vida en la que no podrás prescindir de los servicios de algún médico cirujano, algún cirujano dentista, algún profesional de enfermería, algún químico, algún paramédico, o algún médico veterinario.

Por eso sin falsa modestia pienso que somos un grupo de personas que debemos de tener vocación y mucha determinación para procurar salud a los pacientes, cuando esto es posible, y para tratar de aliviar su dolor, controlar sus enfermedades y acompañarlos, y ser solidarios con ellos al final del viaje por esta maravillosa aventura que es la vida.

Aun con todo esto, nosotros los médicos no estamos exentos como cualquier persona de cometer errores, errores que se pagan muy caros, que nos dejan recuerdos que nunca se logran superar del todo, y que bueno que sea así, pues estas son creo yo enormes lecciones de humildad que nos da la vida, que si las tomamos como son, nos ayudaran a superarnos y a tratar para los siguientes casos tener el mayor de los cuidados.

Comprende puesmédico que tu quehacer, algunas veces te pondrá en lugares de excelencia, para algunas personasserás una eminencia, mientras que para otros,serás un tonto del que no quieren volver a saber nada y habrás comprado una publicidad negativa de manera gratuita y no deseada que te acompañará toda la vida y cuando esto te suceda a ti, recuerda estas palabras que me dijeron hace tiempo, que llevo grabadas en mi corazón y que de cuando en cuando se me vienen a la mente.

¡Pero querías ser médico!

Y ahora para terminar una gota de filosofía: El médico que no entiende de almas no entenderá de cuerpos.

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