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Gamper y Bartomeu

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ALEJANDRO TOVAR

Cualquiera puede dominar un sentimiento, menos quien lo siente. Dicho esto por los estoicos fans santistas que esperan con ansiedad que la tv le lleve a su casa al equipo de Almada y luego, suelen sugerir no beber ni comer durante, porque con el marcador holgado y el dominio marcado, viene lo que presupone la falta de manejo de partido, lo que suele darse por no saber realizarlo.

Es normal, el técnico echa mano de los chicos nuevos, porque sus extranjeros o están lesionados o fuera de forma. Ibargüen no aparece, Ayrton vive enfermo, Valdés convalece y Jeraldino sigue sin ser rentable, así que mientras Omar Campos, Santi Muñoz y Mudo Aguirre se apuntan, con sensación de vulnerabilidad pero también mostrando sus propias emociones.

Dijo Franco Baresi, el crack del Milan e Italia en EL PAÍS, maravilloso diario español, que hay dos clases de atletas en la cancha. Uno, el Calciatore que para él es más trabajador que inteligente, o sea los elementos comunes. La otra es el jugador, que es el que sabe establecer los tiempos del juego. Los de Almada, ahora mismo son del primer grupo y por ello caen constantemente en la imprecisión o en altibajos, sin embargo tienen gran mérito que medianos pero tienen 15 puntos.

Y la otra nota de EL PAÍS, también impacta, con Josep María Bartomeu yendo a la cárcel con dos de sus auxiliares, por “administración desleal y corrupción entre particulares”. El es presidente saliente del Barcelona, que el domingo renueva su directiva con la previa de un gran escándalo. Si el fundador de los blaugranas viviera (Joan Gamper) seguro que se volvería a morir del disgusto.

Hans-Max Hoessing Gamper (1877-1930) nació en Suiza y muy joven recaló en Barcelona, donde fundó el club en 1899. El jugó tres años y fue goleador.

Después se dedicó a negocios financieros donde hizo fortuna. Por seis ocasiones fue su presidente, porque el club lo necesitaba por sus recursos y capacidad organizativa y creadora. El descubrió y fichó a Paulino Alcántara (350 goles) y llevó al entonces joven Ricardo Zamora al equipo, para consagrarlo como “El Divino”.

El maravilloso arquero en 1924 ya dueño de auto sport descapotable quiso más dinero y Gamper no aceptó. Zamora (1901-1978) regresó con su club original, el Español. Joan también descubrió a otra leyenda, José Samitier (1901-1978) líder y capitán por años, apodado “El Mago”. El dictador Primo de Rivera lo expulsó del país por apoyar el nacionalismo catalán en 1925.

Regresó a Barcelona muy condicionado y enfermo. Fue impedido de participar con el club en ninguna actividad, lo que le trajo un gran sufrimiento que se acentuó en 1929 con la terrible depresión económica que lo dejó en bancarrota perdiendo su fortuna. Decidió darse un tiro para terminar con su vida. Su despedida fue multitudinaria. Miles lo siguieron hasta su tumba.

En 1955, los dirigentes del Barcelona intentaron poner su nombre al nuevo estadio y de nuevo la mano del odioso poder lo evitó, porque el dictador Franco se opuso. A partir de 1966 se juega el torneo Joan Gamper, en su honor. De manera simbólica también el expresidente Joan Laporta le concedió la credencial de socio número uno de la gran institución. Hombre de mística inagotable. 

Aunque en el lugar donde vive Gamper pertenece a los muertos y éstos suelen pasar como fantasmas nostálgicos, uno advierte que la soledad da a luz el original de ellos, a la belleza escondida y peligrosa, como Jean Gamper, como Bartomeu, como el mismo Barcelona, inclusive. 

Alejandro Tovar // [email protected] 

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