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PROTAGONISTAS DE LA NUEVA ÉPOCA O VÍCTIMAS DE NUEVAS MANERAS DE EXPLOTACIÓN DE LA MUJER

ARTURO MACÍAS PEDROZA

La nueva época trae consigo naturalmente situaciones críticas, no necesariamente en sentido negativo sino de cambios profundos que afectan como nunca a la totalidad de la sociedad. La crisis cultural integral que afecta nuestras relaciones espirituales, interpersonales e intrapersonales, ha replanteado también la situación de la mujer, muchas veces con nuevas maneras de explotación y de violencia.

La crisis cultural que nos obliga siempre a reinventarnos y a crearnos de modo nuevo, nos sitúan en un nuevo momento histórico. Las crisis de la sociedad aparecen de manera recurrente marcando los grandes problemas de la humanidad: la crisis de salud, la crisis económica y la crisis de violencia. Positivamente son un reto para descubrir y reestablecer el valor que tienen la salud, el compartir los bienes y la creación de espacios de paz.

Cada cambio de época trae tragedias similares y retos a resolver: la peste de la gripe en México hace un siglo, o la crisis traída por los cambios de milenio. Pobreza, hambre e indigencia marcaron el siglo oscuro de la humanidad, cuando la ignorancia se convirtió en violencia, ceguera humana y ceguera social. Ahora este nuevo milenio con sus crisis recurrentes en torno a la salud, la economía y la socialización, que afloraron de modo especial por causa de la pandemia, evidenciaron nuestros límites pero también nos hicieron descubrir nuestras fortalezas como plataforma de desarrollo para cambiar comportamientos, hacernos más sabios y descubrir nuestra identidad como humanidad.

Tres elementos fundamentales de la persona son afectados en esta crisis cultural: nuestras decisiones, pensamientos y sentimientos (y con ellos la afectividad y la sexualidad).Como lo estamos viendo últimamente, las luchas sociales actuales están planteándose en estos términos.

En nuestra comarca hemos visto el "claxonazo por la vida" organizada por la Red de Apoyo a la Familia el pasado 13 de febrero, haciendo eco de muchas otras en el país; habrá también una "automarcha" organizada por la diócesis de Gómez Palacio, proyectada para el próximo domingo 7 marzo, como parte de las celebraciones del día nacional de la familia. Todo esto enmarcado con el impacto mediático nacional, provocado por la elección de un candidato a la gubernatura de Guerrero y sus implicaciones referentes a violencia y abuso contra mujeres. Están también las propuestas en varias legislaciones locales y nacionales, con implicaciones directas en cuanto al aborto ya la ideología de género con variadas iniciativas, incluida la aprobación de la "Ley general de (des)Población", con implicaciones directas a la "salud reproductiva" y la implementación de políticas públicas que afectan directamente a la familia (por ejemplo, abortaren caso de violación sin que medie denuncia).Otro elemento a considerar es la celebración del día internacional de la mujer el 8 de marzo, con las manifestaciones que lo acompañan.

En este contexto es urgente poner atención a la situación precaria que afecta la dignidad de muchas mujeres sometidas a múltiples formas de violencia dentro y fuera de casa: tráfico, violación, servidumbre y acoso sexual, desigualdades en la esfera del trabajo, de la política y de la economía, explotación publicitaria, manipulación mediática. Lo cierto es que la situación de la mujer sigue siendo igual de difícil que en otros tiempos: sigue sufriendo violencia intrafamiliar, se sigue vendiendo a la mujer indígena, se sigue traficando a mujeres para dedicarlas a la prostitución, se sigue explotando el cuerpo femenino como anzuelo para que los consumidores unan mentalmente un artículo con un cuerpo femenino.

Lo cierto que la nueva época debe considerar la transformación de estas relaciones, pero no para inventar nuevas formas de explotación, sino para superarlas. Actualmente la sexualidad está determinada por la libre voluntad del sujeto, que en la búsqueda de satisfacción y placer puede rechazar e infringir normas elementales de respeto de la dignidad de la persona humana, con la justificación de que es libre de hacer lo que quiera.

Una de estas maneras nuevas de explotación de la mujer es hacerle creer, por medio de una fuerte manipulación mediática, una infundada ideología de género y una engañosa promoción de medias verdades, mentiras y eufemismos relacionadas con la identidad de género, derechos humanos y derechos reproductivos, pero en realidad han sido convertidas en piezas útiles de intereses económicos y políticos internacionales que lo menos buscan es la protección de la mujer.

No nos paralizamos frente a la pandemia. Busquemos desenmascarar los nuevos elementos de explotación que denigran la dignidad de la mujer. Somos parte de una humanidad que, ante las crisis mundiales, deberá resolver con inteligencia, seguridad y creatividad, los desafíos que la reestructuración de las relaciones sociales nos presenta. El papel de la mujer deberá de ser protagónico en las variadas áreas de la sociedad, no solo para participar y competir, sino sobre todo para rediseñar las relaciones desde la perspectiva femenina. Frente a la salud, a la pobreza y a la fragmentación social, la mujer está llamada a superar la violencia y la división. La humanidad necesita retomar desde su perspectiva femenina, el desafío de la esperanza, de la vida plena, de la alegría y la felicidad, creando espacios de comunión en lo sentimientos, acciones y decisiones. La crisis cultural no será resuelta sin el elemento femenino.

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