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Torrente sacro e impactos burocráticos

A la ciudadanía

MANUEL VALENCIA CASTRO

Nuestro cuerpo está compuesto por un 60 por ciento de agua, el cerebro se compone en un 70 por ciento de agua, nuestra sangre en un 80 por ciento y los pulmones en un 90 por ciento de agua. Somos agua y la fuente de esta agua es el río Nazas principalmente, significa que los laguneros somos agua del Nazas y del río Aguanaval. Por eso tendríamos que reconocer que nuestros ríos son sagrados y que somos parte de ellos. Alguien puede decir que el agua que tomamos proviene de los acuíferos subterráneos y tiene toda la razón, pero los acuíferos se forman y se alimentan de los escurrimientos del torrente de los ríos. Sin río no hay acuífero.

Sin embargo, estamos muy alejados de una gestión del río acorde a la sacralidad reconocida.

Antes bien, lo profano es lo que prevalece en la gestión: y se expresa en la gran cantidad de impactos que se realizan desde el tiempo de la conquista del norte de México.

Ellen Wohl en su libro Disconnected Rivers (Ríos Desconectados) hace una descripción espléndida de todos los impactos que han destruido o emponzoñado los ecosistemas de los ríos de Norteamérica, para ello emplea ejemplos particulares de lo que ocurre en muchos ríos, lo grave en nuestro caso es que no necesitamos recurrir a muchos ríos para analizar los impactos ocurridos en el Nazas, todos y cada uno de los impactos que se describen en el libro de Wohl ocurren en nuestro río.

Desde la desconexión del río provocada por las presas y las desviaciones hacia canales revestidos, pasando por la contaminación ocasionada por actividades como la minería, agricultura y ganadería, y probablemente también la generación de electricidad, hasta los impactos burocráticos, estos últimos quizá los de mayor impacto.

Hace unos días un excelente amigo subió a un grupo de WhatsApp algunas fotografías históricas, una de ellas mostraba, de acuerdo con la leyenda: espectacular toma aérea en los años 40 del río Nazas en su máximo esplendor. Al ver esta fotografía, se aprecia la entrada de la corriente por su cauce natural y planicie de inundación hacia la margen izquierda en el sitio de los puentes. Cuando ves esto, comprendes aún más la importancia de volver a la hidrología natural, volver a conectar el río. La desconexión provocó que se secara la mitad de la extensión del río, y la secadera ha avanzado aguas arriba hasta el paraje Los Ángeles, y de aquí hasta los Puentes Cuates se aprecia un gran deterioro del ecosistema.

La contaminación del agua tanto química como biológica ocurre en todo el cuerpo de agua del río.

Los contaminantes provenientes de la agricultura, fosfatos y nitratos son importantes, pero aún más graves son los encontrados en estudios exploratorios de agua y sedimentos del río Nazas, los cuales reportan la presencia de metales pesados como el cobre, plomo y zinc y metaloides como el cadmio. Cuando se rebasa el límite permitido todos son muy peligrosos. Por eso la investigación tendría que continuar para confirmar lo reportado y evaluar su impacto sobre la flora y la fauna del ecosistema, en particular la acuática. De este análisis se puede destacar la importancia que tiene la ciencia en la gestión del río aun más que la política, que generalmente predomina en la toma de decisiones, ocasionado impactos burocráticos sobre el río. ¿Por qué las decisiones políticas se convierten en problemas? Por una sencilla razón: los políticos y los organismos que los rodean no responden ni contemplan las demandas de los ciudadanos, por otro lado, las decisiones suelen reflejar las políticas del poder e influyentismo, más que el beneficio de la ciudadanía. Si revisamos el caso del proyecto "Agua Saludable para La Laguna", concluimos fácilmente que se trata de un proyecto que vino de arriba hacia abajo, sin considerar la opinión de la gran mayoría de los ciudadanos. De hecho ha sido un proyecto opaco que se ha solicitado conocer tanto por el sector público como por el privado.

Solo sabemos que pretende resolver el grave problema del arsénico en el agua, lo cual es encomiable, sin embargo, otros proyectos lo han intentado sin éxito, ¿por qué este sería diferente? Además, su pretensión no contempla la causa del problema que se desea resolver: la expoliación del acuífero subterráneo. Y además, el desconocimiento del proyecto provoca muchas dudas sobre el impacto ambiental del mismo, particularmente en el Parque Estatal Cañón de Fernández, en el que se pretende un uso equitativo y sustentable del río.

No es tarde para considerar la integración de una mesa de negociaciones incluyente, incluyendo aquellos intereses que suelen oponerse a cualquiera de proceso inclusivo. En cuanto al impacto sobre el río se tendría la exigencia de considerar los servicios ecosistémicos en el proceso de decisiones y la forma como han fluido las decisiones, tomando en cuenta el verso del Rubáiyát de Omar Khayyam, que cita Sandra Postel y Brian Richter en su libro Ríos para toda la vida: "Cuando el rey dice que es medianoche al mediodía, el hombre sabio dice: contemplemos la luna"; que no quede aquí la gobernanza.

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