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SIGLOS DE HISTORIA

Los antiguos mercados de Torreón

Mercado Villa, también llamado Independencia.

Mercado Villa, también llamado Independencia.

SILVIA CASTRO ZAVALA

Los mercados son sitios privilegiados para la convivencia social y han sido poco estudiados por quienes se interesan en los asuntos del pasado. Tal vez su carácter cotidiano ha impedido que se les considere dignos de análisis o reflexión a pesar de su importancia tanto desde el punto de vista social como desde el económico. En ellos se ofrece el abasto que todo grupo humano requiere para su subsistencia, son espacios óptimos para el tráfico comercial; pero además, constituyen el lugar en el que conviven los más diversos grupos étnicos y sociales que conforman a un grupo humano. A ellos se recurre en busca de uno de los elementos esenciales para la supervivencia humana: los alimentos. El grupo social tendrá condicionada su alimentación por la oferta que el mercado proporciona.

El estudio serio acerca de los mercados laguneros está limitado por la falta de fuentes primarias, ya que es poca la información que sobre ellos existe en los archivos. En el caso específico de Torreón, el archivo municipal, saqueado en diversas ocasiones durante la revolución, no conservó la mayor parte de la información que generaba su manejo, como pudieran ser, por ejemplo los padrones de locatarios. Lo existente se refiere a ingresos municipales por el pago de los impuestos y cuotas. En las actas del cabildo es posible localizar algunos datos sobre las incidencias en la vida de los mercados citadinos posteriores a 1916. Testimonios de nuestros cronistas e historiadores sitúan al primer mercado de la congregación del Torreón ubicado por la avenida Hidalgo, entre Múzquiz y Ramos Arizpe. Las fuentes coinciden en que más que un mercado era un tianguis sin ninguna infraestructura, en el que los comerciantes exponían su mercancía acomodándola en el suelo y que los domingos era especialmente concurrido por la llegada de los campesinos que trabajaban en los ranchos cercanos. Hacia 1892, la administración municipal decidió hacer uso de la manzana 32 (ubicada entre las avenidas Juárez y Morelos y las calles Zaragoza y De la Fuente), que había sido destinada para alojar el mercado, ya que el crecimiento de la población hacía necesario un centro de abastos decoroso. Pero los locatarios del tianguis solicitaron no ser reacomodados en un lugar al que consideraron alejado del movimiento comercial y del paso de quienes se dirigían a la estación, por lo que propusieron que el mercado se estableciera en la manzana 19 que estaba baldía. Este terreno pertenecía a Federico Ritter y Federico Wulff, quienes aceptaron la propuesta de realizar la permuta entre ambos terrenos y así el 7 de junio de 1892, Carlos González, presidente del municipio de Matamoros al que pertenecía la congregación del Torreón, firmó la escritura. Pero fue hasta 1895, ya constituída como villa, que el presidente municipal en turno, Francisco A. Villanueva, logró la construcción del segundo mercado de Torreón, que aunque no reunía todas las condiciones propias de un centro de abastos, sí constituyó un avance respecto del tianguis inicial, pues se construyeron una serie de barracas donde se establecieron los locatarios. Según las fuentes escritas el Parían fue inaugurado en septiembre de 1896. Pero el rápido crecimiento de la población pronto obligó a las autoridades a decidir la edificación de un nuevo mercado, más adecuado a las crecientes necesidades de la villa. En diciembre de 1902, el presidente municipal Luis M. Navarro compró a los herederos de A. C. Michaelis la manzana 24, situada entre las avenidas Hidalgo y Juárez, y las calles Blanco y Acuña, pues se pensó que sería el lugar más adecuado para un recinto de esa naturaleza, ya que hacia ese rumbo, el oriente, iba creciendo la población. Por dicha adquisición el ayuntamiento pagó la suma de 40 mil pesos. En 1905, todavía a cargo de la administración municipal, Luis M. Navarro propuso al ayuntamiento la venta del terreno que ocupaba el mercado, que en noviembre de ese año, fue adquirido por el ingeniero José Farjas, con excepción de dos lotes que se localizaban en cada una de las esquinas que dan a la avenida Hidalgo, los cuales se habían enajenado a Luis Arteaga y Bruno Harzer. Los planes para construir un nuevo mercado llegaron a la prensa nacional aún antes y en octubre de ese año, el rotativo El Tiempo comunicó a sus lectores la aprobación de los planos para llevar a cabo la obra, asegurando que sería uno de los más hermosos de la República y comentaban el deseo vehemente de la población torreonense de verlo concluido. En esa misma nota se habló de la reedificación de varios hoteles y de los planes de los señores Sternau para construir uno nuevo. Se sugirió que el nuevo centro de abastos reuniese mayores condiciones de higiene y comodidad, por lo cual se encargó su diseño y construcción a Edward S. Mackin y Francisco H. Dillon. En diciembre de ese mismo año, el Diario Oficial del Estado publicó el contrato entre el Ejecutivo del Estado y la sociedad Mackin y Dillon para la construcción de un nuevo mercado en la villa de Torreón. Dichos señores habían establecido una sociedad de ingenieros civiles e higiénicos, arquitectos y contratistas en general en enero de 1901. No era la primera vez que trabajaban para el gobierno estatal, ya que en abril de 1902 lograron un acuerdo con el gobernador del Estado, Miguel Cárdenas, para hacerse cargo de las obras necesarias para establecer los servicios de agua potable y drenaje públicos destinados a la población. Debido a lo precario de las finanzas municipales, y como respaldo a su administración, el licenciado Benito Flores, presidente municipal desde el primero de enero de 1906, renovó la Junta de Mejoras Materiales que quedó integrada de la siguiente forma: presidente, Mauro de la Peña; vicepresidente, Eustaquio Campomanes; secretario, Mariano González; prosecretario, Agustín Victorero; tesorero, Guillermo B. Mitchell; comisario ingeniero, Federico Wulff; y vocales: Carlos González, Feliciano Cobián, Simón Lack, Andrés L. Farías, Leopoldo Hernández Vallarta, Feliciano Chabot, Isaac A. Porter y Francisco J. Lozano. Dicha junta tenía como meta la realización de tres obras: la pavimentación de la plaza de armas, la ampliación del panteón y la edificación del nuevo mercado. Este centro mercantil se construyó en 1906 y fue inaugurado al año siguiente. Así lo afirman tanto Eduardo Guerra como Pablo C. Moreno, quienes además agregan que el presidente municipal Rafael Aldape Quiroz puso en marcha esas obras acompañado por el gobernador del Estado, Miguel Cárdenas. En un artículo publicado por El Siglo de Torreón con motivo de los festejos de los 25 años de la elevación de Torreón al rango de ciudad, se asegura que el acontecimiento formó parte de los festejos organizados con motivo de la erección de la villa en ciudad. Pero un expediente judicial fechado en 1919 que incluye las declaraciones de algunos locatarios, comprende dos que contradicen las anteriores afirmaciones. La primera corresponde a Isidro o Isidoro Camacho, quien en dos ocasiones afirmó tener su negocio en el mercado desde que éste se inauguró en 1908; la otra proviene de Pascual Dena, propietario de una carnicería que aseguró encontrarse establecido en el mercado desde que abrió sus puertas en febrero de 1908. La coincidencia en el testimonio de ambos locatarios y el hecho de que éste se dio en fechas relativamente cercanas a las fechas en discusión, nos llevan a pensar que la apertura del mercado se realizó en este año, como ellos lo mencionaron. El mercado era un gran cobertizo sobre cuatro muros de ladrillo y armazón de madera con techo de lámina, al que con el tiempo, y para evitar las goteras, se cubrió con asfalto. Se trataba de un espacio cerrado sin locales que dieran a la calle. Un reloj coronaba su torre central. El interior, era "un simple galerón" en el que no había ni cuartos ni departamentos ni estructuras que separasen un tramo del siguiente, sino simples lugares con cierta medida, marcados en el plano del edificio o con rayas en el suelo y en el que cada locatario formaba a su gusto su puesto. La cuota diaria pagada por cada casilla se había establecido considerando la ubicación y la mayor o menor afluencia de compradores que por allí transitaban. Le faltaban las condiciones propias de un verdadero centro de abastos. El segundo mercado de Torreón, hoy desaparecido, se inició durante los aciagos días de la Revolución. En plena dominación villista, el presidente municipal Ing. Andrés L. Farías vio la conveniencia de establecer un mercado al noreste del centro comercial de la población. Para ello escogió la esquina que hacían las avenidas Allende y Ramón Corona y en 1915 fue inaugurado. A pesar de llevar el nombre de Mercado Independencia, era conocido popularmente con el nombre del Centauro del Norte, hasta que en 1938 se le dio oficialmente el nombre de Mercado Villa. El mercado Alianza tuvo un origen informal, pero con el tiempo se convirtió en el más importante de la ciudad hasta el establecimiento del Mercado de Abastos en octubre de 1975. Debe a su nombre a que se estableció al sur y oriente de la empresa La Alianza, establecida en 1893 frente a la línea del ferrocarril. Aunque hay la creencia de es el mercado más antiguo de Torreón, parece ser que su origen fue más tardío y se debió al hecho de que en ese lugar desembarcaban los ferrocarriles los alimentos y los mayoristas rentaron a La Alianza bodegas para su resguardo. Poco a poco los comerciantes en pequeño se fueron estableciendo en las cercanías hasta ocupar enteramente la calle Viesca y la avenida Presidente Carranza hasta la Múzquiz Hubo otros lugares que sin reunir los condiciones de un centro de abastos dieron ese servicio a la población. Uno de ello fue el conocido como Pacífico por estar asentado en el rumbo del ferrocarril Coahuila Pacífico, por la avenida Allende, entre las calles Juan Antonio De la Fuente y Ramos Arizpe. Otros dos pequeños mercados abastecían a las barriadas ocupadas por los obreros de las fábricas que se encontraban alejadas del centro de la población. Uno de ellos se estableció cerca de las fábricas La Fe y La Unión y el otro entre la Metalúrgica y la guayulera Continental Mexican Rubber Co.

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FUENTES DE ARCHIVO

Archivo General del Poder Judicial Federal en Torreón

Instituto Estatal de Documentación de Ramos Arizpe, Coah. Instituto Municipal de Documentación de Torreón, Coah.

Registro Público de la Propiedad de Torreón, Coah.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

Guerra Eduardo, Historia de Torreón, 3era ed. Editorial delNorte Mexicano, Ayuntamiento de Torreón, Torreón, Coah. 1996.

Moreno Pablo C., Torreón a través de sus presidentes municipales, Editorial Patria México, 1955.

Prado Amado, Prontuario de la municipalidad de Torreón, Tipografía del Gobierno en Palacio. Saltillo, 1899.

FUENTES HEMEROGRÁFICAS

El Siglo de Torreón, defensor de la comunidad, Torreón, Coahuila.

El Tiempo, diario católico, México, DF.

Antiguo mercado Juárez destruído por un voraz incendio en marzo de 1929.
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