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SIGLOS DE HISTORIA

EL PASO POR LA LAGUNA DEL PADRE AGUSTÍN FISCHER, Consejero y confesor del emperador Maximiliano (PRIMERA PARTE)

Obispo José Antonio de Zubiría y Escalante. (Carlos Hernández. Durango Gráfico. 1903).

Obispo José Antonio de Zubiría y Escalante. (Carlos Hernández. Durango Gráfico. 1903).

GILDARDO CONTRERAS PALACIOS

August Gottlieb Ludwig Fischer, nació el 22 de junio de 1825, en la localidad germana de Ludwigburg, Wurttemberg. De acuerdo a sus biógrafos se sabe que fue hijo de un comerciante dedicado al ramo de la carnicería. Desde muy temprana edad comenzó a demostrar un carácter un tanto rebelde, era poco empeñoso para el estudio y no mostraba buen comportamiento en los centros educativos a los que fue enviado por sus padres; su aprovechamiento en dichos centros era bajísimo, sin embargo el muchacho trataba de auto educarse, mediante lecturas que él mismo conseguía. Agustín, a decir de un pariente lejano lo describió como un muchacho antipático, desafiante y obstinado; era pelirrojo, de cara pecosa y considerable fuerza física.

Por sus problemas de conducta Fischer fue internado en un centro correccional, pero ni allí lo aguantaron y se le expulsó en forma definitiva en diciembre de 1837, porque fue considerado como incorregible. En 1839, recibió la confirmación en la fe evangélica y su padre quiso que se dedicara a la herrería; no pasó mucho tiempo, cuando tuvo un altercado con un compañero de trabajo, a quien agredió y lesionó severamente con una trozo de hierro. Para sustraerlo a la acción de la justicia, sus padres lo llevaron a Estrasburgo, Francia en donde radicaba una hermana de su madre, y con su familia se dice que viajó a Estados Unidos. Existe la versión que narra, que el barco en que viajaba Fischer, su tía y sus primos, naufragó en las costas norteamericanas, en donde solo él pudo salvarse de aquel pequeño grupo familiar.

La realidad es que la llegada y permanencia de Fischer en territorio norteamericano, es un misterio. No sabemos por qué puerto o punto ingresó a Estados Unidos. Alguno de sus biógrafos dice que al principio trabajó como ayudante de un carnicero y después de trasladó a Texas, en donde se ocupó como escribano en una notaría, en la que además de adquirir conocimientos jurídicos, aprendió el inglés y español. Existe otra versión que nos relata que Fischer fue enviado a Texas, en donde vivía un tío llamado Rhoads Fischer, quien ejercía el oficio de notario público en las poblaciones de New Braunfels y Fredericksburg. Allí Agustín como autodidacta que era, tuvo la oportunidad de adquirir ciertos conocimientos legales y jurídicos que en algo le servirían en su vida posterior.

Sus investigadores mencionan, que de Texas, nuestro personaje se dirigió a California en el año de 1848, con motivo de la llamada fiebre del oro. Aquella forma de vida, dura y de peligros no fue de su agrado, por lo que solo estuvo por allá un corto período, y pronto se dirigió a la ciudad de Durango, en donde entabló algún tipo de relación con el entonces obispo de la Diócesis, don José Antonio Laureano de Zubiría y Escalante. Don José Antonio fue el vigesimotercer obispo de la diócesis de Durango, sucedió en el puesto a don Francisco Castañiza Larrea. Era originario de Arizpe, Sonora, en donde nació en 1791. Se ordenó sacerdote en 1817; fue titular de los curatos de Nazas Dgo., Sombrerete Zac., y del Sagrario de Durango. Se le nombró obispo de Durango en 1831 y ocupó el puesto en 1833. Al poco tiempo fue desterrado de Durango por órdenes del gobierno del Estado por sus ideas contrarias al gobierno de la nación de ese tiempo. A su regreso terminó y consagró la catedral de Durango, en el año de 1844. Fue un severo opositor a las leyes de Reforma y a la Constitución del 57. Durante la guerra de los Tres Años permaneció oculto en una cueva de la Hacienda de Cacaria, Dgo., en donde estuvo hasta su muerte en 1862. Sus restos se trasladaron a la Catedral de Durango dos años después.

Ahora bien, cuando Fischer estuvo en Durango, realizó estudios en el Seminario de dicha ciudad, bajo la supervisión del obispo Zubiría, quien en el año de 1852 y a pesar de su origen y del corto período que pasó en el seminario, se le ordenó sacerdote del clero secular en el año de 1852. En mayo de ese año, en la ante sacristía de la catedral de Durango, se reunieron el deán y cabildo de dicha catedral: dr., don José Tomás de Rivera, dr., don José Ma. Laurenzana, canónigo don Francisco de Paula Rivas, lic., don José Isabel Gallegos y dr., don José Rafael Aguilar, con la finalidad de nombrar un substituto del presbítero don Pablo P. Concha, sacristán mayor de la Iglesia Catedral, quien había renunciado a dicho cargo en forma obligada, por sus constantes faltas en su encargo. El deán y cabildo, de acuerdo con la propuesta del señor obispo Zubiría, nombraron al presbítero don Agustín Fischer para hacerse cargo de dicho puesto; además se le nombró para ocupar el puesto de Maestro de Ceremonias de dicha catedral en forma interina.

En junio de 1853, el padre Fischer renunció al puesto encomendado. El 10 de enero de 1855, aparece firmando los libros de registro parroquiales de la iglesia de la Inmaculada Concepción de María, vice parroquia del Sagrario de la Santa Iglesia Catedral de Durango, fue ese día, cuando se oficializó su nombramiento como titular de dicho cuarto, se le nombró en substitución del señor cura don Flavio Gandarilla, quien fue enviado al curato de Santa María del Oro. En dicho puesto Fischer solo estuvo hasta el 22 de ese mismo mes. El día siguiente, recibió el curato del Sagrario el señor cura don Cayetano Andrade, quien fungía como titular del curato de San Juan del Río, Dgo.

En el territorio nacional, era el tiempo de las disputas políticas entre conservadores y liberales. En esta época se dieron los planes de Ayutla y posterior a él, el de Tacubaya. Se promulgaron la Constitución y las leyes de Reforma y se desató la Guerra de los Tres Años. Durango capital, no fue ajena a este tipo de movimientos y se vio asediada por unos y otros. Por su ideología el obispo Zubiría se ausento de su cargo y tuvo que ocultarse. Cabe decir que en 1860 hizo su aparición en Durango, el aventurero español y conservador, Domingo Cajén, quien ocupó el gobierno de la entidad en dos ocasiones en ese año.

Mientras tanto el 14 de enero de 1860, Fischer recibió el curato de Cuencamé: "…por orden de la Sagrada Mitra de este obispado se recibió al señor Presbítero Lic. D. Agustín Fischer de esta parroquia con todas pertenencias y para constancia lo firmamos. Agustín Fischer." El día 17 de ese mes de enero, celebró su primer bautizo como "cura y juez eclesiástico de este curato" en la persona de un niño que nació en el Pasaje el día 14 anterior, a quien le puso por nombre Jesús Rudecindo del Carmen, hijo legítimo de Jesús Lozano y de Ma. Sileveria Resa. Sus actividades sacerdotales las desarrollaba en la propia iglesia parroquial de San Antonio de Padua de Cuencamé, en la capilla el pueblo de Peñón Blanco, en la capilla de la hacienda de Pasaje, en la capilla de San Juan Bautista de Atotonilco y en el oratorio de San José de la Cabeza.

Alli estuvo el padre Fischer hasta el mes de mayo de 1861, el día 27 de ese mes entregó el curato al presbítero José Joaquín Román, sin embargo todavía ese día bautizó a Juan, párvulo originario de Atotonilco, hijo de Joaquín Galván y de María Antonia Ibarra. En seguida de la anterior constancia anotó en el libro de bautismos:"Cuencamé a veinte y siete de mayo de mil ochocientos sesenta y uno. Aquí termino las partidas de bautismos hechos durante mi <…> Agustín Fischer".

Inmediatamente después don Agustín Fischer, fue enviado a la parroquia de Santiago de Mapimi, en donde a pesar de haber llegado allí el día 27 de mayo, anotó en el libro de bautismos de dicho cuarto: que lo recibió el 26 de mayo de 1861, esto escribió: "Con esta fecha recibió de este curato el presbítero, Lic. D. Agustín Fischer por orden del Sor. Gobernador de la Mitra, presbítero don José Isabel Gallegos, y en la misma dar principio las partidas de bautismos que contiene este libro. Para la debida constancia lo firmé. Agustín Fischer (rúbrica)".

De su puño y letra don Agustín Fischer, se autodefine como presbítero y licenciado, con ello se aclaran muchas dudas que existen respecto a la orden religiosa a la que pertenecía, ya que por lo general se ha mencionado que pertenecía a la orden de los jesuitas; situación totalmente inexacta. En los registro de la Compañía de esa época no existe como miembro de tal orden, el padre Fischer. Además en las firmas que realizó en los diversos libros de registros parroquiales, nunca se hace aparecer como tal, añadiendo a su nombre el S.J. (Sacerdote Jesuita) característico en los miembros de dicha congregación. Vemos claramente que Fischer fue ordenado como sacerdote del clero secular diocesano y no como sacerdote jesuita como se le ha querido involucrar, y hasta se le ha llamado "presunto jesuita".

El padre Fischer, durante su estancia en Mapimí, realizaba su actividad de sacerdote en la iglesia parroquial de Santiago Apóstol de dicho pueblo y realizaba visitas periódicas con el mismo fin a la capilla de Nuestra Señora del Refugio de la hacienda de Avilés (Ciudad Juárez, Dgo.), en ese entonces propiedad de Juan N. Flores; y a los oratorios de La Loma, de San Fernando (Lerdo) y de la hacienda de San Sebastián. Los oratorios, eran pequeños espacios que se tenían en las "casas grandes" de las haciendas, que se utilizaban a manera de capillas particulares para recibir la visita de los señores curas responsables de la parroquia a cuya jurisdicción pertenecían dichos centros, en este caso del de Mapimí. La hacienda de la Loma pertenecía en ese tiempo a la familia Garde y San Fernando a Juan N. Flores. Debemos aclarar que la actual iglesia del Sagrado Corazón de Lerdo se empezó a construir en el año de 1865, por lo que el oratorio a que hacen referencia los registros parroquiales debió quedar dentro del casco de la hacienda de San Fernando, que fue el que recibió la visita del Fischer en esos años de 1861-1862. El oratorio de la Loma, aún existe y forma parte de la casa grande de de dicha ex hacienda.

Sigue…

Fuentes.

.- Konrad Ratz. Tras las huellas de un desconocido. Nuevos datos y aspectos de Maximiliano de Habsburgo. Un concordato malogrado. Prólogo de Patricia Galeana. CONACULTA- INAH. Siglo XXI Editores, S.A. de C.V. Primera Edición 2008.

.- Canales Santos Álvaro. Agustín Fischer. El Rasputín del II Imperio Mexicano. Club Libro Coahuilense. Editora El Dos. Saltillo, 2005.

.- Familysearch. Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Libros parroquiales de Registros de los sitios mencionados.

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P. Agustín Fischer (1825-1887).
P. Agustín Fischer (1825-1887).

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