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SIGLOS DE HISTORIA

El Torreón de Salvador Novo (CUARTA Y ÚLTIMA PARTE)

De izquierda a derecha: el regente Alfonso Corona del Rosal, Amelia López de Novo, Dolores del Río, María Félix y Salvador Novo.

De izquierda a derecha: el regente Alfonso Corona del Rosal, Amelia López de Novo, Dolores del Río, María Félix y Salvador Novo.

Domingo Deras Torres Invest

Durante su mandato presidencial (1964-1970), Gustavo Díaz Ordaz colmó de honores a Salvador Novo, lo nombró cronista de la ciudad de México en 1965 y le otorgó el Premio Nacional de Letras en 1967. Su presencia en los medios se haría más extensa, además de haber colaborado con los principales diarios y revistas de la capital, el periodista Jacobo Zabludovsky lo invitó a ocupar un espacio todos los viernes en su famoso noticiero televisivo "24 Horas", el de mayor audiencia en su tiempo. Sus semanales apariciones nocturnas eran infranqueables citas de los televidentes con la historia nacional, dominaron los temas que versaban sobre la gran México-Tenochtitlan; fueron disertaciones pobladas de lugares, objetos y personajes a los que revivió con el poder de su palabra. Si el cargo de cronista está destinado para quien toma el pulso histórico de una población, Novo, con la magia de su pluma, no sólo satisfizo sino rebasó las exigencias que demanda el oficio; quehacer al que le imprimió talento con su excelente obra bibliográfica. Además de escritor, también trabajó como publicista, fue autor de los pegajosos anuncios comerciales "Mejor, Mejora, Moral" y el de los tres movimientos del Fab: "Remoje, exprima y tienda".

SUS VISITAS A TORREÓN, EN 1961 Y 1968

Salvador Novo estuvo de visita en Torreón en 1961. Saludó a su amiga Carmen Pámanes de Haces Gil, con quien intercambiaba recetas de cocina, ella le mostró las fotos de una producción de teatro infantil que realizó. La obra se llamaba "Hilitos de Oro", señaló que era "un cuento escenificado a todo lujo. Al día siguiente conocí a su protagonista, una niña rubia y preciosa, nieta de don Carlos Madero, hermano de don Raúl, y de don Francisco, y actual presidente municipal de Parras".

Fue invitado a comer a la casa del doctor Alfonso Garibay Fernández, quien dirigía un grupo teatral y luego lo llevó a ver un ensayo al Teatro Mayrán, donde después dictaría una conferencia. Ahí saludó a Rafael del Río, Pablo C. Moreno, Luis Díaz Flores y Antonio de Juambelz, del último escribió: "dueño de 'El Siglo', que sin otro retrato mío que publicar, había tenido que mutilar el sobre de mi disco para emplear el que ahí aparece". Por último fue a visitar a su amigo Marcelo Villanueva Sáenz y a Chela Sada. (La vida en México en el periodo presidencial de Adolfo López Mateos. Tomo II. Autor: Salvador Novo. Edición de Conaculta. México, 1998).

Novo volvería a Torreón en 1968, cuando fue homenajeado por la autoridad local que develó una placa en el exterior de la casa que habitó, fue la estancia que más satisfacciones le dejó. Estuvo hospedado en el Hotel Río Nazas, anotaría: "De ahí, a saludar a don Antonio de Juambelz (El Siglo de Torreón) y a los Guerrero (La Opinión: 'el tiempo pasa, La Opinión queda')… El señor presidente municipal apareció: don Rodolfo Guerrero González, me reveló que La Laguna manda a México leche excelente, no como la porquería que uno toma aquí habitualmente; y que se llama Lala -La Laguna. Mañana la mandaré buscar. Ya la probé esa noche, con arepas, que es como les decían a unos panes inolvidables que -como las rellenadas de nuez- ya casi no se encuentran en el Torreón nuevo y relativamente cosmopolita. Comimos con el presidente en Los Sauces".

Dictó una conferencia en el Teatro Martínez a la que llamó "Mi Torreón". Paseó por las calles, vio a la ciudad con una fisonomía diferente, hizo un cotejo entre el Torreón de antaño y de hogaño: "Es otro todo este Torreón: con las hermosas, espléndidas escuelas que visité; con la muchachada que en vez de hacer novias en el jardín, como en mis tiempos, va a 'morelear por las tardes, o sea a desfilar en coches, ellos y ellas, por la avenida Morelos". (La vida en México en el periodo presidencial de Gustavo Díaz Ordaz. Tomo II. Autor: Salvador Novo. Edición de Conaculta. México, 1998).

NOVO, HOMENAJEADO POR MÉXICO Y TORREÓN

El 14 de marzo de 1968, a iniciativa del entonces Regente de la ciudad de México, general y licenciado Alfonso Corona del Rosal, la calle de Santa Rosalía en Coyoacán dejó de llevar este nombre para ser sustituido por el de Salvador Novo; el literato vivió, hasta su fallecimiento en 1974, en la esquina suroeste del crucero que forman las arterias de Francisco Sosa con Salvador Novo La ceremonia congregó a relevantes personalidades del arte, las finanzas y la política. Si decían que ver reunidas en un evento a María Félix y a Dolores del Río, era difícil, por la supuesta rivalidad existente entre las dos divas, ese día aparecieron juntas y sonrientes al lado del laureado escritor y la madre de éste. (Salvador Novo. Un Mexicano y su Obra. Autor: Antonio Magaña Esquivel. Publicación de Empresas Editoriales, S.A. México, 1971).

En Torreón, el ayuntamiento que presidía Rodolfo Guerrero González, acordó honrar al que también fuera miembro de la Academia Mexicana de La Lengua, develando una placa en el exterior de la vieja finca que habitó durante su infancia. Gestor de dicho evento fue el doctor Horacio Gutiérrez Crespo, quien con antelación había enviado a Salvador Novo -para su correcta ubicación-, fotografías de cada una de las casas de la cuadra donde vivió en la calle Ramón Corona; Novo la identificó.

El homenaje tuvo lugar en fecha anterior a la histórica inundación que afectó a la Comarca Lagunera, a mediados de septiembre de 1968, contingencia precedida por más de 15 días de lluvia derivada del huracán Naomi, impresionante fenómeno pluvial que saturó el embalse de las presas Las Tórtolas y El Palmito. En Torreón, se inundaron algunas colonias del norte.

A pesar de la persistente llovizna que se registró, al acto acudieron un sinnúmero de torreonenses que se congregaron en la banqueta de la casa que habitaron los Novo, dio inicio después de las once horas del 31 de agosto de 1968. El Siglo de Torreón, en su edición del siguiente día 1º. de septiembre, publicó la nota informativa de la que transcribo algunos de sus renglones: "Tras la develación de la placa, la banda municipal de música tocó una diana, mientras que por las mejillas del maestro Salvador Novo, rodaban las lágrimas que no pudo contener por la emoción que le causó el acto".

Conturbado por los recuerdos de su infancia en esa casa, y por la impresión que le provocó el homenaje, el texto informativo contiene sus palabras de agradecimiento: "Me siento contento por estar frente a la casa donde brotaron de mi, los poemas, y de hecho, donde se definió mi destino a las letras".

Concluida la ceremonia, pediría le fuera permitido el acceso al interior de la finca, petición a la que accedió su moradora Gloria Luz Gómez de la Vega de Flores. Pieza por pieza, y hasta el área del patio, caminó un Salvador Novo nostálgico y observador. En su mente se imbricarían imágenes de infantiles recuerdos, sobre todo los momentos que vivió durante las refriegas revolucionarias que lo obligaban, a él y sus padres, a refugiarse entre las paredes de esa añeja construcción que fuera su hogar. Forzoso aislamiento que atenuaba leyendo, así lo detalló: "Aquellos largos días de encierro, de privación de toda compañía que no fuera la fantasmal de mis padres, su silencio temeroso, me ofrecían la fuga deliciosa de una lectura no interrumpida",

Después del evento, algunos funcionarios del ayuntamiento le ofrecieron una comida en el restaurante Apolo Palacio. Entre los comensales se encontraba mi amigo el abogado José Rodolfo Mijares Gómez, quien me refirió la siguiente anécdota: "La charla estaba muy interesante y amena, de repente se acercó muy cortés don Demetrio Strimpoupulos Sideri, propietario del lugar, le preguntó al homenajeado: "Señor Novo, ¿es usted el cronista que escribe la historia de la ciudad de México? Y Novo, con sentencioso orgullo le respondió: Yo no escribo la historia de la ciudad de México. Yo hago la historia de la ciudad de México".

Mijares Gómez me contó otra anécdota más, suscitada en el mismo lugar: "De rato llegaron a la mesa unas jóvenes estudiantes que andaban vendiendo votos para una candidata a reina, le preguntaron al galardonado literato: 'Señor, ¿no nos compra unos votos?' Sarcástico, Novo les respondió: '¡Ah! ¿Aquí también se practica la compra del voto?'. Todos los asistentes nos reímos".

CARTA A JULIETA GARCÍA DE SORIA

A finales de noviembre de 1971, y en su casa de Coyoacán, falleció Amelia López Espino de Novo, madre del escritor. Sus restos fueron velados en una capilla de la Funeraria Gayosso, donde se presentó el entonces Regente de la Ciudad de México, Octavio Sentíes Gómez, quien le manifestó: "Le traigo, maestro, las condolencias de la ciudad". Ya en su casa, ese día por la noche sonó el teléfono de su biblioteca, contestó y por el auricular se escuchó una voz: "Va a hablar con usted el señor presidente de la república (Luis Echeverría Álvarez)". Novo, transcribió las palabras presidenciales: "Salvador, un abrazo muy cariñoso… Yo sé lo que esto significa… sobre todo, para usted… Un abrazo… un cariñoso abrazo". (La vida en México en el periodo presidencial de Luis Echeverría. Autor: Salvador Novo. Edición de Conaculta. México, 2000).

Por esos días, y desde Torreón, su amiga de la infancia y excompañera del "Colegio Modelo", Julieta García de Soria, por carta le manifestó su pésame. A vuelta de correo, y en fino papel con elegante membrete, Novo le contestó. He aquí el texto de la epístola:

26 de Enero de 1972

Sra. Julieta García de Soria Cepeda 357 sur

Torreón, Coah.

Querida Julieta:

Me ha dado un gusto enorme saber de ti -unida tu imagen a los gratos años de nuestra infancia en un Torreón que acaso no debí nunca abandonar.

Gracias, de todo corazón, por tu sincera, sentida condolencia. Gracias por los tres minutos que te desvelo los viernes. Pero un reproche: deberías haberme llamado cuando estuve allá para lo de la placa. Me habría encantado besar tu mano, como ahora por carta.

Con grande cariño

Salvador Novo

Al mencionar "los tres minutos que te desvelo los viernes", Novo se refiere a la comparecencia nocturna que tenía en el noticiero "24 Horas", de Jacobo Zabludovsky. Mi antigua vecina y desaparecida amiga, la señora Soria, como era socialmente conocida doña Julieta, me platicó hace varios lustros que cuando tuvo lugar el homenaje donde se develó la placa, no pudo asistir porque se encontraba de viaje por Europa. (Fin).

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El exalcalde Rodolfo Guerrero González, develando la placa sobre la fachada de la casa que habitó Salvador Novo. En medio aparece el homenajeado escritor, a la extrema derecha el doctor Horacio Gutiérrez Crespo. (Archivo de José Rodolfo Mijares Gómez)
El exalcalde Rodolfo Guerrero González, develando la placa sobre la fachada de la casa que habitó Salvador Novo. En medio aparece el homenajeado escritor, a la extrema derecha el doctor Horacio Gutiérrez Crespo. (Archivo de José Rodolfo Mijares Gómez)
De izquierda a derecha: el regente Alfonso Corona del Rosal, Amelia López de Novo, Dolores del Río, María Félix y Salvador Novo.
De izquierda a derecha: el regente Alfonso Corona del Rosal, Amelia López de Novo, Dolores del Río, María Félix y Salvador Novo.
El expresidente Gustavo Díaz Ordaz y Raúl López Sánchez, exgobernador de Coahuila, en una foto de los años cincuenta del siglo XX. (Archivo de  Graciela López Mercado)
El expresidente Gustavo Díaz Ordaz y Raúl López Sánchez, exgobernador de Coahuila, en una foto de los años cincuenta del siglo XX. (Archivo de Graciela López Mercado)

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