Una batalla encabezada por Ignacio Zaragoza. (INTERNET)
El día de mañana, 5 de mayo, se conmemorarán 158 años de la Batalla de Puebla, en la que nuestro país peleó contra Francia.
Pero, ¿por qué lo hizo?
La historia se remonta hasta el año 1861, cuando el entonces presidente, Benito Juárez, declaró a la República en bancarrota y decidió suspender los pagos de su deuda externa.
Ante la fuerte decisión económica, los países con los que se tenía deuda, Inglaterra, España y Francia, se aliaron para crear la Convención de Londres, con la cual se plantearían presionar a México para pagar lo que debía.
Inglaterra y España lograron negociar con el ministro del Exterior Manuel Doblado, pero fue Francia quien rechazó la negociación y exigió un pago inmediato, obligando a sus tropas a permanecer en tierras nacionales para construir una 'monarquía en México'.
Debido a la ruptura, Francia envió los primeros disparos a las tropas de El Fortín en Veracruz el día 19 de abril de 1862, al mando de Charles Ferdinand Latrille Conde de Lorencez, siguiendo la consigna de Napoleón III.
"Nosotros tenemos sobre los mexicanos tal superioridad de raza, de organización, de disciplina, de moralidad y de elevación de sentimientos, que os aseguro, excelencia, que podéis decir al emperador que, manteniéndome a la cabeza de mis seis mil soldados, yo seré el amo de México”, escribió al Ministro de Guerra de Francia previo al ataque.
A través del Telégrafo se mantenía informado al presidente sobre los movimientos de ambas tropas y sobre el intento de mandar de los franceses por medio de un largo viaje de Veracruz a Puebla.
Este medio de comunicación fue el símbolo crucial para que las tropas recibieras las ordenes necesarias por parte de Benito Juárez, mismo que era encabezado por Don Antonio Mancilla.
El encargado de impedir el frente del Ejercito francés fue el General Ignacio Zaragoza Seguin, quien fue nombrado Ministro de Guerra en diciembre de 1861.
Fue él quien comprendió el 28 de abril de 1862, que la posición defensiva debería estar situada en Puebla, pues era parte del camino obligado del Ejercito de Francia para llegar a la capital.
Al amanecer del 5 de mayo de ese mismo año, el General, en compañía de Miguel Negrete, Felipe Barriozábal y Porfirio Díaz, enfrentaron por varias horas a las tropas enemigas, consiguiendo que retrocedieran.
"Tras ellos, a perseguirlos, el triunfo es nuestro", gritó a las tropas antes de salir vencedores de esta importante batalla.
